Editoriales

Editorial: El crudo todavía no es un problema



    La amenaza de un ataque inminente a Siria se ha visto reflejada más en la producción que en los precios del crudo hasta la fecha. El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, llegó a superar ayer momentáneamente la cota de 117 dólares, algo que no sucedía desde febrero, aunque posteriormente cayó hasta 115 dólares. El Texas, referenciado a EEUU, abrió con una ligera alza y su valor transitó durante parte de la jornada en torno a 110 dólares. Unas oscilaciones moderadas respecto a la tensión del momento, sin duda aplacada por el Departamento de Energía de Estados Unidos, al anunciar que sus reservas semanales se habían incrementado en tres millones de barriles, frente a los 750.000 previstos por los expertos.

    La estrategia de Obama de limitar el ataque aéreo a instalaciones químicas y de defensa sin interferir en la gobernabilidad del país está teniendo un efecto sedante sobre unos mercados que cerraron con suaves pérdidas. Desde el lado de la producción el conflicto se ha saldado hasta el momento con dos millones de barriles menos por día, una pérdida nimia respecto a los cerca de 90 millones de barriles que cada día produce la organización. Este escenario todavía no lesivo para los intereses de las economías internacionales puede verse alterado si las tensiones con Siria se extienden hacia países productores limítrofes como Libia e Irak, con gran peso dentro de la OPEP. El efecto contagio se convertiría en un obstáculo inesperado para el crecimiento económico, ya debilitado por unos países emergentes que caminan hacia la recesión. El incremento del precio del crudo no interesa a nadie, salvo a las compañías petroleras, cuyos inventarios anuales resultarían revalorizados.