Editoriales

Editorial: BFA acelera con las desinversiones



    BFA ha engranado la sexta marcha para ganar velocidad y desprenderse cuanto antes de las participaciones industriales de Bankia. En julio pasado optó por vender el 12,1% de IAG, matriz de Iberia, a un grupo de inversores institucionales extranjeros y la semana pasada enajenó a la Sepi el 20% de Indra. Una operación no exenta de polémica porque el Estado actuó a la vez como vendedor y comprador, apoyándose en el carácter estratégico de la sociedad. Ahora se ha sabido que antes de materializar estas dos transacciones, a principios de año, BFA compró a Deutsche Bank y al fondo europeo Picton el 30% que aún no controlaba de Bancaja Inversiones, el holding a través del cual la antigua caja valenciana materializó en su día la adquisición del 5,4% de Iberdrola y el 12,6% de NH.

    La operación confirma la rápida ordenación de la cartera industrial que está llevando a cabo el equipo directivo de José Ignacio Goirigolzarri, que ya se encuentra en disposición de colocar en el mercado los dos paquetes, aunque apenas obtendrá plusvalías. De forma paralela, la compra no sólo ilustra el fracaso de la aventura industrial de Bancaja -zapatero a tus zapatos-, sino también la fallida apuesta de Deutsche Bank y Picton, que tras desembolsar 1.350 millones sólo percibirán 774 millones. Aunque hay voces que verían con buenos ojos posponer las ventas hasta 2014 para aprovecharse de la teórica mejora de las bolsas, lo cierto es que BFA hace bien en acelerar el proceso desinversor para alcanzar su objetivo prioritario, que no es otro que sanear el banco para ponerlo en valor y que el Estado recupere cuanto antes la mayor parte de los fondos públicos invertidos.