Editoriales

Editorial: Draghi conjura la tormenta



    Nadie esperaba sorpresas, pero el gobernador del BCE las dio. A diferencia de cómo se obraba hasta ahora en Fráncfort, por primera vez el gobernador explicita su hoja de ruta al asegurar que espera mantener "los tipos en su nivel actual o incluso más bajos". Además, anunció que la facilidad de depósito de los bancos comerciales -actualmente en el 0%- podría situarse en negativo. Dos noticias que hicieron recuperar el pulso a las bolsas europeas. El Ibex repuntó un 3,07%, ante un anuncio que asegura el flujo de liquidez en la Eurozona por un largo periodo de tiempo, mientras en EEUU el grifo se cerrará en el curso de un año.

    Con su política ortodoxa, el BCE intenta demostrar cómo con los tipos de interés se puede dar liquidez a los mercados, sin necesidad de poner en marcha la máquina del dinero. Justo lo contrario de lo que han hecho la Fed y el Banco de Japón. Draghi justificó su decisión en que todavía queda mucho recorrido para salir de la crisis, los riesgos económicos no se han despejado, y sin embargo, no hay peligro de inflación.

    Otro rasgo inusual del gobernador fue opinar sobre la nueva ministra lusa de Finanzas, Mª Luisa Alburquerque. Portugal está en buenas manos vino a decir Draghi, en un intento de mantener la buena interlocución que ha tenido hasta ahora este país con la troika y apoyar la pronta solución de la crisis política. A pesar de estos rasgos inusuales, Draghi apeló a su dominio de la palabra, que tan buen resultado produjo el pasado septiembre. Con su frase de mantener o bajar tipos conjuró la tormenta financiera. Usó las herramientas que se le han dado. La mala noticia es que esta política de tipos bajos evidencia que la UE tardará tiempo en crecer por encima de 2%.