Editoriales
Editorial: Gallardón interfiere en el caso Blesa
En un gesto que ha sorprendido al mundo del Derecho, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, se entrometió ayer en el proceso que se sigue contra Miguel Blesa. El ministro defendió el recurso de la Fiscalía contra la prisión dictada al expresidente de Caja Madrid y se pronunció a favor de que la Audiencia sea quien decida sobre el asunto. Gallardón debería de medir sus palabras y no interferir desde el Ejecutivo en otro poder del Estado. Una prueba más de las presiones que se están ejerciendo sobre el juez y hacen sospechar sobre los intereses que se quieren salvaguardar.
Además de la crisis económica padecemos una grave crisis política provocada, en parte, por la falta de respeto institucional de algunos dirigentes políticos. Blesa apoyó financieramente bastantes de los proyectos faraónicos que desarrolló el hoy ministro de Justicia durante su mandato como presidente de la Comunidad de Madrid y, posteriormente, como alcalde de la capital.
Junto a Ana Botella mantuvo un duro pulso por mantener a Blesa al frente de la caja madrileña, frente al deseo de Esperanza Aguirre de situar a su candidato, Ignacio González, actual presidente autonómico. Un conflicto en el que para zanjarlo tuvo que intervenir Mariano Rajoy. La cercanía de Gallardón a Blesa exige, con más motivo, que el primero no se entrometa en un proceso, en el que sólo deben intervenir quienes legalmente están habilitados para ello.
Sobran las intromisiones, y más si vienen del Gobierno, lo que arroja la sospecha de que se intenta que la Justicia no sea igual para todos y de que existe interés en evitar que determinadas personas, como es el caso de Blesa, no respondan de los cargos que pesan en su contra.