Editoriales

Editorial: Chipre asusta a los ahorradores



    Chipre nos enfrenta a dos hechos hasta ahora inéditos: la ruptura del orden de prelación y la conciencia de riesgo sobre lo que creíamos seguro. En Chipre se ha roto el orden de prelación, si finalmente el 40% del rescate -ayer lo rechazó su Parlamento- se paga con depósitos antes que con otros productos de mayor riesgo. En España, accionistas y titulares de preferentes y subordinadas han perdido una buena parte de su inversión. Esta diferencia se explica porque en Chipre los depósitos -72.000 millones- representan el 400% de su PIB y suponen el 95% del pasivo de la banca, con muy poco peso de otros productos de mayor riesgo.

    En España hay 800.000 millones (86% del PIB) en depósitos. Este menor peso sobre la economía no mitiga el miedo que suscita que España sea el país con más depósitos de la UE. El susto se dejó sentir ayer en las entidades financieras, en la bolsa y en la prima de riesgo. Los analistas consideran que el efecto contagio es endeble.

    No hay comparación entre el potencial de ambas economías. Chipre ha ofertado intereses del 10% para sus depósitos y practica una fiscalidad de baja intensidad para actuar como un paraíso fiscal camuflado. La alternativa a gravar los depósitos es subir impuestos, porque la isla enfrenta un problema de solvencia con unos bancos cargados de deuda griega. Para salir a flote, los chipriotas tienen que aportar 5.800 millones, y no está claro cómo lo harán. Los Estados de la Eurozona exigen esta cantidad para aportar el 60% restante. Es lógico que haya miedo entre los ahorradores y temor a una fuga de capitales. Un miedo que se puede disipar si el BCE cumple su cometido y está atento a que no falte liquidez.