Editorial: Menudo descontrol, señor Montoro
La intervención de Cristóbal Montoro ayer en el Congreso no pudo ser más desafortunada. No aclaró las dudas sobre el caso Bárcenas y reveló una gestión muy deficitaria de la amnistía fiscal y de las cuentas autonómicas. El titular de Hacienda, presionado por la Cámara, respondió que, en caso de que el extesorero del PP se hubiera acogido a la amnistía fiscal por medio de una sociedad tapadera, la regularización tributaria no será válida. Exiguas explicaciones ante un escándalo que el Gobierno debe afrontar con decisión y por derecho, si quiere evitar que la sospecha salpique sus actuaciones. Sobre todo si son tan polémicas y se saldan con un rotundo fracaso, como ha sucedido con la amnistía fiscal.
Hacienda afloró 40.000 millones procedentes de 29.065 personas físicas y 618 jurídicas, y sólo recaudó 1.192 millones. Es decir, el tipo de tributación aplicado no alcanza siquiera el 10% y se sitúa en el 3%, lo que aumenta aún más el agravio comparativo con los contribuyentes que cumplen con su obligación. Por si fuera poco, Montoro, que aseguraba tener totalmente controladas las cuentas autonómicas, tampoco pudo aclarar cómo Cataluña ha podido cerrar 2012 con un déficit del 2,3%, por encima del objetivo del 1,5%, como ha asegurado la Generalitat. El ministro afirmó que hasta noviembre Cataluña estaba en disposición de cumplir, según la información de su departamento. ¿Qué ha sucedido hasta fin de año? Si Cataluña estuviera inflando su déficit, Hacienda debería haberlo detectado y, si realmente ha crecido, debería conocer la causa. Lo demás es puro descontrol de quien asegura que vigila, aunque por los hechos no lo parece, las cuentas de las Administraciones españolas.