Editoriales
Editorial: El Eurogrupo y el rescate
Las reformas llevadas a cabo por el Gobierno español en los últimos meses han satisfecho en buena medida las demandas planteadas por el Eurogrupo. Así se desprende de la reunión celebrada ayer en Luxemburgo, en la que los ministros de Finanzas mostraron su apoyo conjunto a las medidas de consolidación fiscal adoptadas, al considerar que, por el momento, España no necesita solicitar un programa de ayudas. El discurso se alinea con el expresado en las últimas fechas por el presidente Mariano Rajoy y el ministro de Economía Luis de Guindos, empeñados en agotar todas las vías posibles antes de recurrir a una solución que sigue salpicada de minas en su letra pequeña y tendría efectos devastadores desde el punto de vista electoral.
La clave para entender el guiño de los ministros de Finanzas reside en la actitud de la presidenta alemana, Angela Merkel, quien ahora se muestra partidaria de prolongar una situación propiciada por la tregua que los mercados han concedido a la prima de riesgo española.
Pero no hay que engañarse, detrás de la posición de Merkel se esconden intereses políticos propios. A la canciller no le interesa que España acuda al rescate -el MEDE es operativo desde ayer- porque antes de ponerlo en marcha debería de recibir el respaldo del Parlamento alemán, un trámite que no tiene garantizado y que en caso de perderlo socavaría su posición de poder. Con todo, la relativa calma de los mercados puede experimentar un cambio drástico si Moody's decide en los próximos días rebajar la deuda española a categoría de bono basura, provocando un nuevo tsunami financiero que llevaría la prima de riesgo por encima de los 600 puntos y abocaría a España a un rescate no deseado.