Editorial: Un 'banco malo' libre de lastre
El banco malo, previsto en el Memorándum de Entendimiento (MoU) firmado por España para el rescate del sector financiero, será realidad antes de fin de año. Luis de Guindos desveló ayer algunas de las características de esta herramienta, con la que se espera limpiar de activos tóxicos los balances de la banca española. La participación del sector privado en el banco malo será del 55% , ligeramente por encima del compromiso que establece el MoU y suficiente para que el 45% de capital estatal -un máximo de 3.000 millones- no compute como deuda pública, ni tampoco como déficit. El 55% de capital privado lo constituirán principalmente las aseguradoras y entidades más saneadas del sector financiero español, aunque se pretende que entre capital extranjero, más difícil de atraer. Evidentemente, los socios privados van a estar muy atentos a las características de esta herramienta. De ahí que el banco malo no admitirá activos tóxicos cuyo valor neto no sobrepase los 100.000 euros o crédito al promotor por debajo de los 250.000 euros.
Por esta vía quedan fuera del banco malo muchos inmuebles situados en zonas costeras, aunque sí servirá para rescatar promociones sin concluir. Se trata de no lastrar la nueva entidad con grandes costes de personal y de gestión y de subcontratar los servicios inmobiliarios. No obstante, lo más importante es lo que queda por saber: la valoración de los activos, que es lo que realmente puede hacer más o menos atractivo al banco malo. Luis de Guindos habla de un precio conservador, pero lo difícil es encontrar el equilibrio entre un precio que si es demasiado bajo, será gravoso para el sector financiero, y si es demasiado alto, perjudicará a los contribuyentes.