Editorial: Presupuestos para el rescate
El acierto en las previsiones económicas sobre las que se elaboran unos presupuestos es fundamental para su cumplimiento. Las cuentas para 2013 adolecen de realismo, parecen hechas para no cumplirse, quizás porque el rescate de España puede convertirlas en papel mojado y el Ejecutivo ya cuenta con ello. Frente al criterio de todos los analistas se establece que la economía sólo caerá medio punto el próximo año. Montoro explicó que ese es el objetivo que se propone alcanzar y que, si es necesario, se tomarán medidas para ello. A partir de ahí, estas cuentas parecen tan solo un mero ejercicio voluntarista para cuadrar ingresos y gastos con el objetivo de déficit del 4,5%.
Hay ingresos que se inflan. Es el caso del IVA que, aún con la fuerte subida aplicada en septiembre, es muy difícil creer que pueda aumentar más de un 13% en 2013. Sobre todo porque estos mismos presupuestos aseguran que el consumo tanto público como privado seguirá cayendo.
También es irreal el gasto en pensiones contributivas de la Seguridad Social, que no tiene en cuenta el impacto de la desviación de inflación en las pensiones este año. Esta partida aumenta un 4,3% y posiblemente este gasto se incrementará algo más de un 6%.
Los ajustes del presupuesto tampoco reflejan los recortes que conllevarían las reformas y las CCAA sólo cargan con un 17,6% de los recortes. Si sumamos el fuerte crecimiento de la deuda, que se incrementa con la reforma del sistema financiero y es cada vez más inasumible, todo indica que el Gobierno no toma más medidas y espera a las que nos impongan con el rescate, consciente de que estos presupuestos pronto tendrán que ser revisados.