Editorial: Una consulta popular envenenada
Los líderes sindicales de UGT y CCOO mantuvieron ayer un encuentro institucional con el Rey Don Juan Carlos, continuación de los mantenidos el pasado 26 de julio con Mariano Rajoy y el 5 de julio con Angela Merkel, este último en secreto.
Contactos todos ellos encaminados a recuperar el protagonismo perdido en la etapa del anterior gobierno socialista, en la que mantuvieron una oposición muy dulce a los recortes salariales de los funcionarios y la congelación de las pensiones, pese a la convocatoria de una huelga general en septiembre de 2010.
Más allá de refrendar su frontal oposición a las medidas de ajuste adoptadas, los dos líderes sindicales aprovecharon la mediática ocasión para trasladar al Monarca la conveniencia de celebrar una consulta popular sobre la política económica desarrollada por el equipo de Mariano Rajoy. Una propuesta envenenada, que solo persigue deslegitimar a un Gobierno democráticamente elegido y calentar el ambiente de las calles para convocar una nueva huelga general en otoño.
La propuesta vecinal de Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo no sólo resulta innecesaria, sino que además conduce a la desastrosa vía utilizada por los sindicatos griegos, con el resultado de un país quebrado social y políticamente, y al borde de ser expulsado de la zona euro. La trasnochada realidad en la que viven UGT y CCOO -con 14.000 liberados sindicales que viven a costa del erario público- no justifica su deseo de aumentar la crispación de un país que, con enormes esfuerzos, ha comenzado a implementar unas reformas duras, pero imprescindibles para garantizar su futuro. Remar contracorriente es un acto irresponsable que debe ser respondido con el desprecio general.