Editoriales

Editorial: Un mes decisivo para Europa



    El comisario Olli Rehn provocó ayer la subida de las bolsas y el descenso de la prima de riesgo. El motivo: se desdijo de sus declaraciones de hace una semana, en las que se mostraba contrario a que la banca reciba apoyo directo del fondo europeo de rescate. Este llamativo cambio de opinión, de un finlandés aliado con las tesis alemanas, hizo concebir esperanzas en una deprimida Europa ansiosa de buenas noticias. También es un buen augurio para un mes que puede ser decisivo para el futuro de España y de toda la unión monetaria. Si se toman las decisiones oportunas que enderecen la situación -en este momento lo más importante es dar una respuesta a la financiación del saneamiento del sistema financiero español-, es posible que hayamos tocado suelo y que a partir de ahí sólo quede, ni más ni menos, cumplir los deberes y salir adelante.

    Es posible que no se presente otra oportunidad igual. Incluso el electorado griego parece que empieza a calibrar las terribles consecuencias de salir del euro. Algo se mueve en Europa, y hoy habrá una nueva ocasión de comprobarlo en la reunión de ministros de Finanzas del G-20, donde se harán notar las presiones de EEUU para que los líderes europeos, y en concreto Merkel, comprendan que la Eurozona debe arreglar ya sus problemas y empezar por no dejar que España llegue al límite de su resistencia. La UE no tiene capacidad para intervenir España y a continuación a Italia, que nos seguiría en la debacle. Una crisis de tamaña proporción en la UE arrastraría también a EEUU y al resto de economías. Es un mes decisivo y Alemania tiene en sus manos permitir que el BCE active el cortafuegos sin esperar a que sea demasiado tarde. Una vez solucionado lo urgente ya se puede abordar el futuro a largo plazo.