Editorial: El Tesoro sube el Tourmalet
La tradicional buena gestión del Tesoro Público es uno de nuestros mejores activos contra la crisis. Los mercados saben que España tiene liquidez suficiente como para afrontar hasta el otoño los actuales tipos de interés. Obviamente, no interesa a nadie que se mantenga la situación actual porque los intereses de la deuda crecerían tanto que pondrían en un serio compromiso los vencimientos del año 2013. En ningún momento desde que comenzó la crisis, el Tesoro ha interrumpido la regularidad de sus emisiones, una señal de fortaleza que indica que los vaivenes externos no alteran la proyección anual.
Esta característica, junto a un calendario que acompasa los periodos de vencimiento de cada año con los de mayores ingresos tributarios, es lo que ha mantenido abierto el mercado a pesar de las crecientes dificultades. El ejemplo griego nos advierte de lo complicado que es volver a abrir un mercado que se cierra. El saldo del Tesoro en el Banco de España -entre 40.000 y 50.000 millones- permite afrontar con tranquilidad los casi 19.000 millones que vencerán en julio e incluso cubrir el Tourmalet de los 28.000 de octubre. A partir de ahí podrían comenzar las dificultades si se mantuvieran tipos muy elevados. En primer lugar, por el aumento de los intereses ya señalado y porque la banca española -principal depositaria de nuestra deuda- posee ya la mitad de las emisiones, lo cual ni es ortodoxo, ni aconsejable. Restaurar la confianza es ahora la prioridad número uno y todos los esfuerzos se deben centrar en ello, para no tener que poner al Tesoro al límite de su resistencia.