Editoriales

Editorial: Un recorte racional en las CCAA



    El Ministerio de Hacienda va a disciplinar a las autonomías con el mismo método alemán que sufre en sus carnes. Impondrá un techo de gasto y por tanto les forzará a realizar a los ajustes desde arriba, sobre el monto total. Gracias a la calma de los mercados auspiciada por el BCE, los titulares de Economía de las comunidades esperan lograr algún respiro con la emisión de hispabonos -títulos de las CCAA respaldados por el Estado-. Sin embargo, éste es el momento de las elecciones difíciles. Algo que las autonomías parecen evitar, confiando los recortes a la vía del no hay más dinero, lo que se termina viendo, sin anuncios previos, en escuelas sin calefacción u hospitales con camas cerradas.

    Se palpa la falta de planificación. Hay casi dos tercios del gasto de las regiones concentrados en educación y sanidad. En este aspecto se debe perseguir la eficiencia, aunque ello requerirá tiempo y probablemente mecanismos de racionalización como el copago. A esto se opone el PP de boquilla, pero el Gobierno dejará la puerta abierta a que las comunidades puedan por sí solas implantarlo. Por otro lado, hay otro tercio que incluye teles, empresas públicas, organizaciones variadas y el fomento de la cultura o las lenguas, entre otros. En esta área, el ajuste puede ejecutarse más rápido, pero generará paro y los políticos se han mostrado reticentes en todos los partidos -véase los casos de Valencia y Murcia del PP-.

    El IVA podría subirse cuando la economía repunte en 2013, y la UE muy seguramente aceptará una relajación del déficit. Pero eso no eximirá a las comunidades de aplicar la tijera en profundidad. Sus gobiernos deberían adoptar una mayor transparencia en el gasto y los recortes para que los ciudadanos juzguen el grado de idoneidad y, sobre todo, su racionalidad.