Una reforma financiera insuficiente
Cambiado el Gobierno... ¿va a cambiar la forma de afrontar las dificultades de la banca? Pues no. El ministro Guindos presentó ayer su reforma financiera y no ofrece nada nuevo respecto a lo que hizo el anterior Ejecutivo.
Sencillamente se limita a continuar con la política de provisiones, sólo que éstas serán mayores y más rápidas. Las entidades tendrán que dotar unos 25.000 millones para activos específicos; elevar un colchón de capital por 15.000 millones para suelo y promoción en curso; y otro de 10.000 millones para activos considerados no problemáticos. Con esto se espera que esté cubierto el 80% del suelo, el 65 de las promociones en desarrollo y el 35 de la promoción terminada y vivienda.
Guindos anunció que mejorará la confianza y, por tanto, el acceso a los mercados y el crédito... ¿No les suena esto de la ministra previa? Los bancos que no puedan aguantar este proceso tendrán que fusionarse, con dos años para provisionar y pudiendo recurrir a los caros recursos del Frob. O sea, ésta es una reforma para que no caiga una sola entidad. El saneamiento exigido es insuficiente y permitirá que se juegue con las distintas categorías de riesgo. No se distingue entre viables e inviables según su capacidad para generar ingresos y por tanto reconocer pérdidas.
Así que el sistema seguirá plagado de entidades sin futuro pero que presentarán planes de viabilidad brillantes basados en la creatividad contable. Fusionados y con ayudas públicas, los problemas se harán mayores y estas entidades se dedicarán más a gestionar ratios que a dar créditos. El precio de la vivienda puede bajar... pero no habrá préstamos para comprarlas.