Editoriales

Editorial: Déficit, misión imposible



    Vistas las previsiones de recesión, la UE empieza a barajar que en marzo se relajen los plazos de reducción de déficit para España. Rajoy, Montoro y Guindos ya han sugerido esta posibilidad. La dinámica de la austeridad es evidente: las alzas de impuestos y los recortes del gasto, que ahora tendrán que superar con mucho los 40.000 millones en su conjunto; una financiación del mercado cara o inexistente y la consiguiente falta de crédito; un desendeudamiento que a su vez provoca menos consumo y actividad y más paro y, por tanto, una elevación de las partidas sociales y una caída de los ingresos; y, para colmo, visos de un contagio global.

    Todos estos factores se encadenan en un peligroso círculo vicioso. De modo que los mercados fijan ahora su atención en el crecimiento y temen por la sostenibilidad de la deuda, pues en la relación deuda/PIB observan cómo el denominador mengua de forma alarmante. Alemania y el BCE tendrían margen para compensar esta espiral. Europa no precisa fondos del exterior y podría solventar esta crisis por sí sola.

    Pero Merkel sigue poniendo el foco sólo en la disciplina, por mucho que ya hable de una agenda para el crecimiento. Así que sólo queda que los países incumplan uno tras otro en un estilo parecido al de Grecia. Bélgica ya solicitó un aplazamiento y encontró el no por respuesta. Pero no tiene sentido que las exigencias sean imposibles. La UE puede establecer una tendencia creíble de consolidación más graduada. Si se vende como una forma de preservar el crecimiento, el mercado incluso lo premiará. Pero el 3% en 2013 debe ser ineludible, de lo contrario puede dar pie a la barra libre...