Editorial: Merkel quiere una reforma laboral dura
Merkel quiere que Rajoy aborde una reforma laboral dura, como la acometida con éxito por la propia Alemania. No es momento de defraudar a la canciller, ahora que reconoce los esfuerzos del Ejecutivo. Máxime cuando el compromiso del Gobierno fue legislar con el peso que le da la mayoría absoluta, y dejar atrás los parches de la etapa socialista o las servidumbres con los agentes sociales.
Nuestro mercado laboral necesita una redefinición estructural que elimine la dualidad y los incentivos perversos que la preservan en detrimento de los empleados temporales. Eso sólo se puede lograr con medidas integrales y, desde luego, tocando una de sus bases disfuncionales: la negociación colectiva. Los acuerdos salariales y miniflexibilizaciones no son reformas, sino retoques. Merkel entiende la diferencia.