Es muy habitual que cuando el mercado encara un periodo de cierta incertidumbre, los expertos no tarden en señalar algunas formas de protegerse de esos vaivenes naturales de la bolsa. De ahí nacieron los denominados activos refugio, con el oro como principal representante, que son aquellos que tienden a hacerlo mejor cuando la renta variable sufre.
No obstante, los analistas también suelen señalar este tipo de oportunidades dentro de la propia bolsa, a los que llaman valores defensivos, y que se contraponen a los cíclicos, que presentan una mayor beta frente a sus referencias. Uno de los aspectos que más se tiene en cuenta a la hora de realizar este tipo de inversión es el dividendo que la compañía reparte entre sus accionistas, y aquí va otra premisa: más vale un dividendo estable y creciente que uno alto y arriesgado.
"Después de la crisis de 2008, nos encontramos en el ciclo alcista más largo de la historia reciente, viendo cada vez más indicios que apuntan a una ralentización de la economía. Esto, unido a las señales de desestabilización política entre diferentes países y el aumento del endeudamiento de las economías en los últimos años, anima a los inversores a dedicar cada vez un porcentaje mayor de sus carteras a valores con menor volatilidad, más estables y con unos ingresos periódicos", explica Eduardo Asenjo, analista de Investing.com.
Eduardo Bolinches, analista de ActivTrades, aporta que "en esta época donde ponemos en duda los crecimientos tanto de EEUU como de Europa, con Alemania gripada, el Brexit e Italia apuntando a recesión, es difícil plantearse un escenario alcista para la bolsa y por eso muchos inversores se cobijan bajo el paraguas del dividendo".
Esta premisa, no obstante, se cumple. Si analizamos las 300 compañías más grandes del Stoxx 600 que cotizan en euros, que cuentan con un seguimiento considerable (15 o más analistas) y que están cotizadas desde hace más de cinco años, el comportamiento en bolsa de las que han dado dividendos crecientes en el último lustro, su evolución en bolsa en estos cinco años ha sido, de media, de casi un 60%, 52 puntos por encima del resto de compañías. Si en lugar de la media aplicamos la mediana para eliminar la distorsión de las que han rebotado mucho, o viceversa, la brecha es de 34 puntos porcentuales (32 a -2).
"Tiene toda la lógica", arguye Bolinches, "ya que denota que la empresa, además de cuidar al accionista, tiene cada vez un mayor beneficio y ese es el principal objetivo de una empresa". Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, añade que "éstas suelen presentar una estructura de capital más sólida, además de ser grandes generadoras de caja".
Las empresas con dividendos crecientes tienden a tener un buen apego entre los inversores, "tanto en los de un perfil más conservador como en los más agresivos", añade el experto de Self Bank. Se denominan las aristócratas del dividendo y en Europa algunas son Novartis, Nestlé o Red Eléctrica. "No obstante, no hay que olvidar la carga fiscal que supone recibir dividendos y que el precio de la acción descuenta el pago, por lo que invertir sólo guiado por la retribución no tiene sentido del todo" advierte López-Gálvez.
Después de un periodo de caídas en bolsa, como el que se vivió el año pasado, suelen surgir rentabilidades por dividendo que destacan dentro del mercado. Algunas, de hecho, rozan el doble dígito, como lo que pueden llamar la atención del inversor fácilmente. Sin embargo, estas cifras pueden ser pan para hoy y hambre para mañana ya que en numerosas ocasiones no son sostenibles. "Hay que ver si las causas de un dividendo alto vienen precedidas de un incremento de beneficio o si, en cambio, la acción ha sufrido un desplome abrupto, como ha sido el caso de Ence", apunta López-Gálvez.
En este sentido, uno de los pagos más rentables de cara a este año es el de la distribuidora francesa Casino, el cual roza el 10% después de que sus títulos se hayan desplomado cerca de un 60% en los últimos cinco años. "No hay que olvidar que el mercado suele perjudicar fuertemente a los valores de la compañía si se ven obligados a cancelar el reparto de dividendo", recuerdan desde Self Bank.
Si por algo es reconocido el sector utility es por ondear la bandera del dividendo. De un dividendo atractivo, creciente y estable que es el pilar fundamental de su sesgo más value. "Empresas como Endesa, Red Eléctrica o Acciona han acostumbrado al inversor a repartir dividendos desde hace muchos años y su perfil más defensivo ha causado que cumplan las expectativas del más conservador", explica Felipe López-Gálvez. "No pinchan en resultados y tradicionalmente han cuidado mucho al accionista", añade Bolinches.
Otros sectores que destacan por sus jugosas rentabilidades son el energético, que para Sara Herrando, subdirectora de análisis de Norbolsa, "ofrece una buena oportunidad por sus pagos, su reestructuración y sus valoraciones atractivas". La socimis, por su parte, deben repartir el 80% de sus beneficios por ley, por lo que alcanzan rentabilidades muy altas también. "Tampoco hay que perder de vista a los bancos, que no fallan a su cita con el dividendo y están a precios muy atractivos. Por el contrario, es un sector muy volátil y no apto para el perfil más conservador", concluye el analista de Self Bank.