La desaceleración del crecimiento global, y especialmente en Europa, el Brexit y la reactivación de mercados competidores como Túnez, Turquía, Egipto o Marruecos han hecho inevitable el frenazo del turismo en España, que ha sido el principal motor de la economía del país en los años de recuperación y que supone cerca del 15%% del PIB. Una ralentización que han hecho constar las empresas del sector que cotizan en bolsa en los objetivos que han dado a conocer durante los últimos días y que los analistas ya ponen en cifras: el turismo del Ibex 35 (Meliá, IAG, Aena y Amadeus) aminorará a la mitad el ritmo de incremento del beneficio en el próximo bienio, respecto al anterior, tras recortar sus previsiones desde antes de que arrancara el verano de 2018, cuando los datos todavía no se habían resentido.
Si entre 2016 y 2018, en conjunto, las cuatro compañías de la industria incrementaron sus ganancias brutas (ebitda) un 15%, ahora afrontan un crecimiento del 8% para el periodo entre el año pasado y 2020, según las estimaciones del consenso de mercado que reúne FactSet. El frenazo del crecimiento de los beneficios es mayor si se excluye a la tecnológica especializada en los sistemas de reservas, Amadeus, ya que pasa del mismo 15% del último bienio, al 5% que se espera para el próximo.
Estas peores expectativas están acordes con que 2018 fue el primer año desde 2009 en el que el turismo creció menos que el conjunto de la economía española. Lo hizo un 2%, frente al 2,5% que se incrementó la actividad total, y tras hacerlo un 4,5% y un 5%, en 2017 y 2016, respectivamente.
El cambio de tendencia encuentra tres motivos: el cíclico, particularmente acusado por la mayor debilidad de Alemania, uno de los principales orígenes de viajeros (11,4 millones aproximadamente) que acaban en el país; el político, con el Brexit inundando de incertidumbre el otro gran foco de turistas, Reino Unido (18,5 millones); y el sectorial, con la reaparición del Norte de África como un rival directo en una de las principales ventajas del sol y playa de España, la competitividad por precio.
"La llegada de turistas ha crecido un 55% desde 2010 hasta alcanzar los 82 millones de visitantes en 2017, posicionando al turismo exterior como uno de los principales motores de la economía española durante la recuperación, sin embargo, el impulso del turismo extranjero se ha ralentizado en 2018 y, de cara al próximo bienio, se espera una tendencia de agotamiento gradual", explica el último Observatorio económico de BBVA Research sobre la industria.
Este contexto se ha filtrado inevitablemente en el discurso de las grandes compañías del sector que están presentes en el Ibex 35, las cuales, en las presentaciones de las cuentas de 2018 de las últimas jornadas, se han visto obligadas a justificar unos objetivos más conservadores para los próximos años. "Ha tenido que ser realista dada la desaceleración del crecimiento del tráfico aéreo", incide JP Morgan sobre Amadeus, que advirtió que su crecimiento será de un solo dígito en 2019, tras incrementar sus ganancias brutas (ebitda) un 18% en los dos últimos ejercicios.
Eso sí, la tecnológica, especializada en los servicios de reservas de viajes y ampliamente diversificada, no es la compañía de la industria más afectada –ver gráfico–. Sin embargo, la hotelera Meliá, para la que el mercado doméstico sigue siendo clave, "presentó resultados débiles tanto en actividad, por ralentización económica, como por el incremento de atractivo de destinos competidores (Turquía y Egipto), y también decepcionó con la guía a futuro", resumen desde Bankinter. La hotelera de la familia Escarrer pierde algo más de un 25% en bolsa en el último año y su precio "refleja ya un escenario muy conservador (equivalente a un ebitda 250 millones de euros, un 20% por debajo de las estimaciones para 2019), que sólo sería factible con una recesión económica en Europa", observan desde Banco Sabadell. Esta es la principal razón por la que el consenso de expertos sostiene la recomendación de comprar las acciones de la compañía.
"Para 2019, Aena –sobre cuyos títulos recae un consejo de vender– espera un aumento de tráfico de 2%, coherente con la desaceleración económica esperada en Europa", continúa el equipo de analistas del banco respecto al gestor aeroportuario, para el que Citi ve "un empeoramiento del tráfico de aviones y pasajeros", lo que, sin duda, es uno de los lastres que pesan también sobre IAG, el grupo de Iberia y British Airways, para el que el enmarañado proceso de negociación del Brexit se ha convertido en un auténtico calvario. Las acciones de la empresa ceden cerca de un 10% en los últimos 6 meses.