El fin de la tregua arancelaria entre China y Estados Unidos se acerca y después de dos rondas de negociaciones, los máximos mandatarios de ambas potencias se verán las caras a finales de mes para, presumiblemente, cerrar un acuerdo comercial.
No obstante, este aparente optimismo contrasta con uno de los indicadores comerciales más socorridos: el Baltic Dry Index o Índice Báltico Seco, que perdió durante el mes de enero casi un 48% de su puntuación hasta caer a mínimos no vistos desde agosto de 2016 en la zona de los 650 puntos.
Este índice se elabora diariamente a partir de encuestas realizadas a los propietarios de los navíos que detallan el coste medio por tonelada de algunas materias primas básicas como el hierro, el carbón o el azúcar, entre otras.
Este indicador adelantado del comercio global suele caer en las semanas previas al Año Nuevo Chino, ya que el gigante asiático paraliza su actividad en estas fechas. No obstante, desde que comenzó a registrarse esta encuesta 1985, sólo ha habido dos eneros peores que el de 2019 y fueron los de 2014 y 2012.
"Parte de la fuerte caída del índice hay que atribuírsela a ese fenómeno estacional que hace que, con motivo de la celebración se produzcan menos contrataciones de fletes en las fechas previas", explica Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo del fondo de inversión Multiciclos Global de Renta 4.
Pero además, hay otros factores extraordinarios que están exagerando las caídas del indicador. Por un lado, "la reducción de la cantidad de mineral de hierro procedente de Brasil por la rotura de la presa de Brumadinho" y, por otro, "los ciclones en el Norte de Australia que han ralentizado la actividad en algunos puertos exportadores", apunta Crespo.
Pese a estas circunstancias, el experto señala que "hay una evidencia que se impone sobre lo demás y es que la guerra comercial sigue su curso y, de hecho, entre mayo y noviembre las exportaciones de soja de EEUU a China se redujeron a 0".
Esta es sólo otra prueba más que apunta a la desaceleración de la economía china, cuyas importaciones cayeron un 26% en diciembre. Este, y otros datos, apuntan a que el crecimiento se quedará más cerca del 6 que del 6,5%.