El terremoto que hizo temblar a todo el sector bancario el 18 de octubre dejó a la industria noqueada en bolsa a la espera de la resolución del Supremo sobre quién debe pagar el impuesto de las hipotecas. Finalmente, la decisión del Alto Tribunal ha sido más favorable para la banca de lo que nadie en el mercado parecía tener descontado, lo que, a priori, debería impulsar en el parqué fundamentalmente a las entidades domésticas.
De media, estas firmas tienen un recorrido del 8,6% hasta recuperar el precio al que cotizaban antes de que se desatase la tormenta. Por contra, los gigantes -cuyo golpe fue mucho más modesto- apenas tienen un 2% que recuperar para borrar los números rojos que habían acumulado.