Hablar del verano en bolsa y más concretamente de agosto es hacerlo de volatilidad. Y es que en estos meses del año suelen bajar los volúmenes de negociación y para muestra un botón: el año pasado la contratación cayó un 41% sólo en el octavo mes del ejercicio. De ahí que muchos inversores se preguntan cuál es la mejor estrategia para poder marcharse tranquilos de vacaciones.
Hay que partir de la base de que la bolsa no es una ciencia exacta, o lo que es lo mismo, las decisiones de inversión no pueden basarse en un solo parámetro. No obstante, hay algunos indicadores que pueden resultar de utilidad. En este caso hablamos de la beta. Esta ratio mide la diferencia de rentabilidad que puede tener una acción respecto a su índice de referencia.