La fuerte subida en los precios de las materias primas (liderada por el barril de petroleo y por algunos de los metales industriales), unido a las señales de fortaleza que ha mostrado la economía norteamericana, ha reactivado las tensiones inflacionistas en el mercado norteamericano, algo que no ha pasado desapercibido en el ámbito de la renta fija.
En Estados Unidos, se ha reaccionado con ventas de deuda pública en las primeras horas de cotización (durante las horas de auge en el mercado asiático), con el consecuente aumento de las rentabilidades que ello conlleva.