Los inversores han recuperado el apetito por la renta variable y las compras se han impuesto en una semana en la que el mercado de deuda soberana mantuvo la tensión ante la proximidad del interés de la deuda estadounidense a diez años a la barrera psicológica del 3% tras la publicación de las actas de la Reserva Federal de Estados Unidos el pasado miércoles, y donde quedó el mensaje de que la institución podría acelerar la subida de tipos.
Después de tocar máximos de los últimos cuatro años, los inversores aparcaron el miedo a más subidas de tipos animados por el buen dato semanal sobre peticiones de desempleo en Estados Unidos -cuyas solicitudes de subsidio descendieron la semana pasada en 7.000 peticiones hasta las 222.000, en mínimos de cuatro años-, lo que animó las compras y la rentabilidad del T Note se desinfló progresivamente el jueves y el viernes hasta el entorno del 2,86%, prácticamente el mismo nivel con el que empezó la semana -hay que recordar que el martes no hubo mercado en Wall Street-.
En Europa, el interés del bund alemán se enfrió en más de un 11 puntos porcentuales en las últimas cinco sesiones y la rentabilidad del bono germano cayó desde el 0,73% con el que arrancó el lunes hasta el 0,65% al que cerró el viernes.
Por su parte, la rentabilidad exigida al bono español a diez años, debido al cambio de referencia, roza el 1,60%, con la prima de riesgo marcando los 93 puntos básicos, sus máximos desde mediados de enero.
En Italia esta brecha se amplía al borde de los 150 puntos, a falta de una semana para las elecciones generales que se celebrarán el 4 de marzo y que avivan la incertidumbre por la inestabilidad política.