Distintas razones, la mayoría propias de cada sector, han ido dejando atrás en bolsa a ciertas compañías en los últimos años. Automovilísticas, aerolíneas y financieras se han comportado peor que el resto del mercado, lo que las ha llevado a cotizar a precios muy atractivos por PER -veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción-. Unas oportunidades que sobre todo ahora, cuando muchos de los nubarrones concretos han desaparecido y existe un clima de sólido crecimiento económico, relucen más.
2018 ha amanecido especialmente despejado para el sector automovilístico europeo, uno de los favoritos de los gestores value. Incluso, a pesar de la fortaleza del euro -principalmente frente al dólar- porque, aunque son empresas inminentemente exportadoras, "no son sensibles al precio ya que aportan valor añadido", según apunta Guillermo Monroy, profesor del IEB y director de tesorería del Banco Sabadell.