El último anuncio televisivo de Toyota en España deja clara la transformación a la que se enfrenta el sector automovilístico: el cuidado tono social que emplea, la elección como protagonista de Daniel Guzmán, actor y director de cine vinculado a cierta conciencia colectiva, y lemas como "hacerlo mejor como especie" o "conduce como piensas" construyen el nuevo perfil del consumidor urbanita, preocupado por el desarrollo sostenible y con un grado elevado de conocimiento tecnológico, al que la industria necesita enganchar. El spot finaliza con la siguiente guinda: "En Toyota, más de la mitad de los coches que vendemos son híbridos, y en 2022 queremos que lo sean todos".
Parece inevitable que esa sea la tendencia: la caída en picado de las ventas de vehículos tradicionales mientras suben las de los nuevos modelos híbridos, con motor de hidrógeno, 100% eléctricos y, por último, autónomos –en combinación con los anteriores-. Un informe reciente de BlackRock apunta, de hecho, a que las ventas de los coches de gasolina o gasoil a nivel global irán disminuyendo hasta suponer poco más del 25% del total en 2030, desde prácticamente el 90% actual, mientras que los híbridos se acercarán al 50% y los eléctricos superarán el 25%.