En la opa de Abertis de las pocas cosas claras que se pueden decir es que en el mercado español hay más de cien mil accionistas interesados, y tres valores del Ibex en los que se juegan cosas. El ejército de casi 70.000 inversores directamente implicados de Abertis, que apuran el último sorbo de la subida; los 5.300 accionistas de élite de Cellnex; y los indocumentados de ACS, porque como en casi todo, es una compañía que desprecia la comunicación y no hay datos públicos de cuántos accionistas tiene. No habría que incluir a los 638.000 de CaixaBank, porque la participación de Abertis cuelga de Criteria y no de la cotizada, pero hay muchas razones para poner a la catalana en el foco de la opa a Abertis. Son muchos los rumores alambicados sobre el génesis de la operación, que pudo haber orquestado Isidro Fainé, que a modo de Richelieu, en una demostración de que el verdadero estratega logra la victoria sin pelear, diseñó una jugada a tres bandas avalada por los respectivos gobiernos de que Abertis fuese italiana y Endesa española, con sus ejércitos (Abertis y Gas Natural) convertidos en la caballería de la nueva formación.