Consideran que la consulta soberanista del 1 de octubre tendrá un impacto limitado en la bolsa española, por eso ninguno ha cambiado sus carteras aunque han generado liquidez
La cuenta atrás para el proceso catalán ha empezado y la bolsa española convive con ello. A pesar de que llegó a ser la plaza más alcista del Viejo Continente, Europa ha abierto una brecha de cinco puntos con el Ibex 35 desde principios de agosto, a medida que se acerca el 1 de octubre (1-O). Sin embargo, el mejor termómetro del impacto que tendrá esta cita en el mercado es que ninguno de los gestores de bolsa consultados por elEconomista ha modificado su cartera de cara al referéndum previsto para el próximo domingo y van un paso más allá: si hay volatilidad -y la bolsa corrige- la mayoría están preparados para comprar con la parte de la liquidez que han preservado.
A corto plazo, dicen, existen pocas posibilidades de que el 1-O acabe por truncar la favorable evolución de la economía salvo que se derive, a medio y largo plazo, en mayores concesiones para Cataluña en términos económicos. "El mercado está, en general, anestesiado con este tipo de cuestiones, porque la probabilidad que le da, en este caso, a un verdadero descarrilamiento económico es mínima", señala Joaquín Casasús, director general de Abante. Ese es el escenario al que el mercado otorga por ahora mayores probabilidades, de ahí que se espere un impacto limitado en la bolsa española, más allá de la volatilidad fruto de la cita que los gestores aprovecharán para tomar posiciones, y nulo en la europea. "El riesgo en Europa por Cataluña es cero y en España solo porque el bono encarezca los costes de financiación", explican desde una de las mayores gestoras españolas. Al margen de esto, continúan, "no vemos ningún riesgo en el mercado español".
"Un incremento de la prima de riesgo se traduciría en mayores costes en la emisión de deuda para el Gobierno, en un momento en el que se está haciendo verdaderos malabarismos para intentar equilibrar las cuentas", apunta Victoria Torre, responsable de producto de Selfbank. La agencia de calificación Moody's ya ha advertido de que todo este proceso podría repercutir en el rating de España, recuerda, que se somete a revisión el próximo 20 de octubre; mientras que JP Morgan ha recomendado infraponderar los bonos públicos españoles, por el problema catalán, aconsejando comprar bonos de Alemania y Portugal.
Sin embargo, hasta ahora, los efectos sobre la referencia que mide el riesgo adicional que los inversores exigen a nuestra deuda respecto a la alemana también son limitados. Prueba de ello es que cotiza en los 118 puntos básicos, dos menos que a comienzos de año y muy por debajo de los 157 que llegó a alcanzar en marzo (los máximos anuales). "Es más, según las estadísticas del Tesoro Público, la demanda de bonos soberanos españoles por parte de los inversores extranjeros no se ha visto reducida, lo que también apoya esta idea", explica Borja Gómez, director de análisis de Dunas Capital-Inverseguros. Todo ello, prosigue, "no deja de ser un síntoma de cierta tranquilidad, lo cual no quita para que se puedan observar ciertas dosis de incertidumbre a medida que nos acerquemos al 1 de octubre. En cualquier caso, teniendo en consideración los desarrollos comentados anteriormente, no es de esperar que haya una fuerte volatilidad".
Llegado ese momento, los gestores tienen la escopeta cargada para disparar. Desde Magallanes Value Investors, que reconocen no haber hecho ningún movimiento en su cartera en relación al posible impacto del referéndum, "como tampoco lo hemos hecho nunca con un evento cuyo resultado e impacto está fuera de nuestro alcance", sí reconocen haber visto algún movimiento de sus clientes desde el fondo ibérico al europeo, "pero menor". Si como consecuencia de lo que ocurra el próximo día 1 el mercado corrigiera, "aprovecharíamos la oportunidad para comprar". También en azValor, donde Álvaro Guzmán, su director de inversiones, explica que no han alterado en absoluto su política de inversiones "y si se produce una sobre reacción estaremos preparados para comprar". Tampoco la han variado en Abante o en Imantia.
"Partiendo de la base de que todo se solucionará en unos términos lógicos y razonables, aprovecharíamos cualquier tipo de penalización o comportamiento relativo negativo de los mercados españoles para tomar posiciones", suscribe también Borja Gómez, director de análisis de Dunas Capital.
También hay espacio para la cautela, sobre todo cuando la volatilidad continúa en mínimos; aunque históricamente, recuerdan fuentes del mercado, "cuando esto ha ocurrido, siempre ha sido la antesala de un gran susto".
En cualquier caso, el mayor temor es que, a medio plazo, el referéndum del 1-O derive en mayores concesiones para la economía catalana. Fuentes del mercado recuerdan que, si la consulta deriva en algo más de autonomía para Cataluña y un mayor intervencionismo de su economía, esto podría ahuyentar la inversión de esta región, reducir su productividad y, por tanto, crecer menos; lo que sí acabaría afectando al ritmo de crecimiento de España ya que Cataluña representa aproximadamente el 19% del Producto Interior Bruto (PIB). Precisamente, la favorable situación macroeconómica es uno de los elementos que está haciendo posible la recuperación de los beneficios empresariales y estos son los que sustentan la subida de la bolsa. Por no hablar de que "un deterioro de la imagen de España podría traducirse en la retirada de inversores extranjeros, tanto en renta variable como en deuda", apostilla Torre, de Self Bank.
De momento, lo cierto es que las cotizadas son sede en Cataluña siguen brillando en bolsa al margen del referéndum (aunque desde principios de agosto, a medida que se iba acercando la cita, se han visto algo más penalizadas en el mercado). Las que cotizan en el Ibex 35 suman una capitalización que ronda los 95.000 millones de euros y todas registran rentabilidad de doble dígito en lo que va de ejercicio. De hecho, los cuatro títulos más alcistas del Ibex son catalanes: Cellnex, CaixaBank, Abertis y Sabadell.
En el sector financiero, CaixaBank y Sabadell -entre los que podrían verse más afectados por una posible independencia- ganan un 35 y el 30% en bolsa, respectivamente. Y ambas conservan una recomendación de mantener. Eso sí, algunos bancos de inversión como Goldman Sachs han mostrado su preocupación por el impacto que la Cataluña podría tener sobre CaixaBank (mantiene, además de su sede, una alta cuota de mercado en la región), si bien en los últimos días también han aparecido algunas firmas que resaltan el potencial que presenta el banco en bolsa. Alantra espera que sus acciones suban un 16% y KBW mantiene a CaixaBank como su preferido en España.
De igual modo que en Sabadell. Los analistas ensalzan su apalancamiento a la recuperación de la economía española, un motivo mucho más fuerte que lleva a gestores como José Ramón Iturriaga, de Abante Asesores, a mantenerla en cartera.
Por su parte, Cellnex, Abertis, Grifols y Gas Natural también suman ganancias de dos dígitos, de entre el 38 y el 6,2%, respectivamente. Lejos de esperar que esta euforia anteceda a una tempestad, los analistas consideran que el potencial de Cellnex no se agotará por el momento y que el proceso de independencia de Cataluña tampoco lo pondrá en cuestión. Por su parte, la concesionaria, dicen los analistas, está más pendiente de la resolución del proceso de opa en el que se inscribe: si Atlantia finalmente mejora su oferta y si ACS decide lanzar una contraopa. La fuerte presencia internacional protege a firmas medianas como Catalana Occidente, Inmobiliaria Colonial, Miquel y Costa o Fluidra, que suma más de un cien por cien en el año. De hecho, solo hay cinco cotizadas catalanas en números rojos en 2017: Fersa, eDreams, Reig Jofre y Almirall.