Los inversores están vistiendo sus carteras con compañías de pequeñas tallas, en cuanto a valor bursátil se refiere. Con una economía que se esfuerza por mostrar signos de mejora, el apetito por el riesgo ha vuelto y favorecido, a su vez, que este tipo de valores obtenga hasta cinco puntos más de rentabilidad que los que tienen un tamaño superior en bolsa. Este patrón se repite también en los fondos de renta variable europea que cuando van de compras buscan empresas cuya capitalización les hace ser una S o una M y no una XL. Si se analizan las carteras de los diez más rentables en cada una de estas dos categorías (pequeña y mediana capitalización) se descubre, además, que se repiten hasta nueve nombres que, aunque desconocidos para el inversor en muchos casos, cuentan con el beneplácito de los analistas. A todos ellos les sigue un mínimo de cinco.
"Tras un breve respiro durante la crisis financiera, las empresas de pequeña y mediana capitalización han recuperado sus rentabilidades anteriores a 2008 y han vuelto a superar a las de las grandes compañías", explica Cédric Le Berre, especialista de producto de UBP. En su opinión, "los datos demuestran que este tipo de valores continuará creciendo de manera más rápida que las grandes empresas".