La fortaleza vista en Wall Street en las últimas sesiones -el Dow Jones Industrial finalmente consiguió el viernes marcar un nuevo máximo histórico tras el último dato de paro publicado en EEUU- reduce las posibilidades de ver una consolidación más amplia en las bolsas europeas. Es evidente.
Sin embargo, no es suficiente. Europa debe dejar de mirar a los selectivos del otro lado del Atlántico y batir las resistencias de corto plazo a las que se enfrenta para descartar por completo el riesgo de ver una recaída a los huecos que se abrieron al alza el pasado 24 de abril, que en el Ibex 35 se encuentran en los 10.377 puntos.