Son los grandes desconocidos del mercado. Los fondos soberanos, los vehículos de inversión que utilizan los Estados como instrumento financiero -y en algunos casos político- se han convertido en la última década en una de las herramientas más famosas de países como Noruega, China o Arabia Saudí gracias al crecimiento de las operaciones que han completado en los últimos meses.
Sus activos en conjunto rondan los 7,2 billones de dólares según estiman los expertos. Sin embargo, sus carteras son de todo menos transparentes. Y es que, sus criterios de inversión están marcados por los intereses del Gobierno que lo posee, por lo que las metas financieras pueden variar según el país.