En España ya se han producido las primeras operaciones corporativas, pero aún quedan más por venir. En el Viejo Continente la ola de fusiones también tiene que arrancar
Durante los últimos años, uno de los temas recurrentes al hablar de la banca europea ha sido el de la necesidad de llevar a cabo un proceso de consolidación que nunca acaba de finalizar. Con la todavía complicada situación del sector, los analistas no esperan grandes operaciones, pero sí que entidades pequeñas o determinados negocios sean traspasados. "Es cierto que es necesaria una consolidación del sector en Europa", indicaba Michael O?Sullivan, director de inversiones de International Wealth Management en Credit Suisse en una entrevista a este periódico. "El problema es que muchos bancos tienen límites de capital, por lo que comprar otro es difícil. Además, nadie quiere adquirir entidades que tienen problemas en su balance", reflexionaba O?Sullivan.
En España Bankia y BMN han dado el pistoletazo de salida este año después de que el Gobierno anunciase su fusión, pero el puzzle bancario del país aún tiene muchas piezas por encajar. Aunque la situación en el mercado ha mejorado sensiblemente para las entidades españolas -repuntan de media un 67% desde los mínimos del año pasado y todas ellas se han quedado sin potencial alcista-, los analistas no acaban de confiar en los bancos del país: solo Santander, CaixaBank y Sabadell se libran de la recomendación de venta y son un mantener. Ninguno alcanza la compra. El banco que está en boca de todos es el que atraviesa la situación más complicada: Popular. La travesía por el desierto de la entidad ha provocado que se haya perdido el rally que ha vivido toda la banca europea y que cotice con un descuento del 70% por valor en libros, frente a la rebaja de solo el 10% al que cotizan el resto de entidades -excluyendo a Bankinter, que exige una prima del 60 %-.
En la última cartera de consenso elaborada por elEconomista para el Eco10, la entidad fue la decimotercera favorita, en una apuesta por un movimiento corporativo, toda vez que sus fundamentales siguen en un momento sumamente delicado. Popular podría valer para Santander, CaixaBank o BBVA entre 1,45 y 1,80 euros por acción en una operación corporativa en función del nivel de sinergías logrado, según calculan en Citi. Esto supondría un recorrido al alza del 56% en el peor de los casos y del 94% en el mejor.
Sin embargo, cerrar la operación no será fácil: "Integrar Popular es muy complicado. Vas a tener un volumen de activos mucho mayor, pero el gasto inmobiliario y el déficit de cobertura van a seguir presentes. La situación en la que está echa un poco para atrás a uno que pueda venir a comprar", advierte Nagore Díez, analista de Norbolsa.
Bankia, que sería la firma más beneficiada, acaba de comprar BMN y necesita tiempo para poder prepararse para una operación -y la pregunta clave es si Saracho será capaz de despejar la pelota tan lejos como para que la firma capitaneada por José Ignacio Goirigolzarri esté lista para un abordaje en el que el Estado se diluya en una ampliación de capital-. "El beneficio financiero de la operación no es concluyente para Santander, BBVA o CaixaBank y solo es más atractivo para Bankia", advierten en UBS, donde calculan que una fusión podría impulsar el beneficio por acción de la entidad en un 45%.
En esta situación, las miradas se centran en los tres bancos más grandes del país: CaixaBank, Banco Santander y BBVA.
En el caso de la entidad catalana, llevar a cabo una operación parece complicado teniendo en cuenta que se encuentra en pleno proceso de integración de BPI y el elevado número de oficinas con las que ya cuenta en el país. Mientras, Santander y BBVA no han mostrado un interés real a la hora de aproximarse a Popular. El principal rédito de esta operación para ellos sería más insidioso que las posibles sinergías: evitar que el otro gigante del mercado español se hiciese con el negocio de pymes de la entidad ahora capitaneada por Emilio Saracho.
Los dos buitres sobrevuelan los despojos que quedan del Banco Popular, que podrían permitirles, según los cálculos de Citi, incrementar sus beneficios por acción en un 5% en ambos casos. Eso sí, necesitarían sendas ampliaciones de capital: de 11.000 millones de euros para Santander y de 6.500 millones para BBVA.
En cualquier caso, otra opción que no es totalmente descartable es que una entidad internacional decida intentarlo en España. "A Popular puede acabar adquiriéndole uno de los grandes del país o incluso algún gran banco europeo. Quizás ahora no es el momento, pero puede ser el próximo año. Hay firmas como BNP que llevan casi 30 años intentando entrar en el país", indica José Ramón Iturriaga, gestor en Abante Asesores.
Así, Sabadell y Bankinter quedan como las dos rara avis dentro del ecosistema bancario del país, siendo totalmente descartadas como posibles interesadas en Popular. En cualquier caso, un analista de un gran banco de inversión que prefiere no ser citado indica que los tratos más posibles son aquellos de menor tamaño -como la compra de un determinado negocio de un gran banco europeo en el país- "simplemente porque es más fácil de digerir". En este sentido, la entidad presidida por Josep Oliu se mantiene pasiva en España, pero a través de su filial en Reino Unido -TSB-, se especula con la posibilidad de que realice la adquisición de The Cooperative Bank.
Si la banca española atraviesa un momento complicado y un proceso de consolidación se antoja fundamental para poder impulsar la rentabilidad del negocio, la situación en el resto del Viejo Continente es la misma. "El sector está simplemente demasiado fragmentado y es demasiado ineficiente para generar retornos por encima del coste del capital en un entorno de bajos tipos de interés", explican en UBS, donde esperan "un incremento muy significativo de las fusiones bancarias". Sin embargo, la ola de fusiones todavía podría tardar en desatarse con motivo de la complicada situación política de la región: "Es muy difícil de predecir. Una gran clave en los procesos de fusiones y adquisiciones es la predecibilidad. Vas a poner dinero encima de la mesa y necesitas seguridad. Ahora en Europa asoman las elecciones francesas, el Brexit...", señalan fuentes de un gran banco de inversión.
Los analistas apuestan más por pequeñas operaciones que por una gran fusión. "A corto plazo los bancos están reestructurando sus negocios e invirtiendo en tecnología. Por el camino, una entidad determinada puede pensar que la cuota que tienen en un país es relativamente pequeña y decide abandonarlo. Eso lo aprovecharán los operadores locales. Es lo que veo a corto plazo, operaciones de tamaño pequeño y mediano", explica Rafael Alonso, analista de Bankinter.
Uno de los principales problemas que afronta la banca en la región son los regulatorios, que incluyen unas exigencias de capital mucho más elevadas que antes, lo que añade dificultad a las posibles operaciones: "Con la incertidumbre sobre los requerimientos de capital, lo último que algunas juntas directivas quieren es hacer una adquisición pequeña y ver como todo el grupo tiene unos requisitos de capital más altos", indican en UBS, si bien reconocen que estos temores "están ahora experimentando un retroceso". En opinión de los analistas, las grandes operaciones tendrán que esperar, pero hay entidades que cotizan a precios de saldo y que podrían resultar objetivos de M&A, una apuesta sumamente arriesgada pero que en caso de salir bien puede dar importantes réditos.
En el mercado europeo hay 15 bancos con seguimiento de analistas que cotizan con un descuento de más del 40% con respecto a su valor en libros y algunos de ellos cuentan con un potencial interesante para los analistas. Precisamente, entre estas opciones la más atractiva para el consenso es Banco BPM, la entidad que nació fruto de la fusión entre Banca Popolare y Banco Popolare di Milano. Desde su salida al parqué ha experimentado una revalorización del 15% y aún tiene un potencial alcista de casi el 21%. Así, su buen comportamiento podría servir de ejemplo para otras entidades de la región que también son objeto de especulación para una posible operación corporativa.
Otras opciones atractivas dentro del sector son Banca Popolare dell?Emilia Romagna -entidad sobre la que se especuló en el pasado sobre una posible fusión con Banca Popolare- o UBI Banca, así como la irlandesa Permanent TSB. Estas tres firmas cuentan con potenciales de doble dígito y recomendaciones de mantener en un sector en el que los consejos de compra brillan por su ausencia y en el que el recorrido al alza por fundamental parece cercano al agotamiento salvo que el sentimiento siga mejorando.
En cualquier caso, esta es una aproximación de un riesgo extremo: "Un porfolio de bancos vulnerables puede ser suficientemente barato para invitar a pensar en una adquisición con una prima, pero crea una cartera incierta y volátil", advierten en UBS. "A los bancos le gustaría comprar calidad, pero el problema es que no la hay. Si adquieres un grupo que está en dificultades, probablemente lograrás un gran descuento, pero es probable que sigas en problemas durante un periodo largo de tiempo", señalan fuentes de mercado.
A pesar de la fuerte recuperación del segmento, la banca europea aún cotiza con un descuento del 25% sobre su valor contable y fuentes de uno de los grandes bancos españoles explican que, en este momento, será difícil ver operaciones por encima del valor en libros de las entidades. Sin embargo, el proceso podría tener una segunda derivada: "En un principio los bancos buenos se comerán a los malos, pero las operaciones en un segundo paso irán a más calidad y creo que es algo que vamos a ir viendo", indica José Ramón Iturriaga. Para Rafael Alonso la segunda fase del concentración "no será inmediata, se planteará cuando el escenario de tipos sea otro, entonces es cuando estará sobre la mesa crear grandes monstruos".
De momento, el mercado descuenta que la primera subida del precio del dinero en Europa podría llegar a comienzos de 2018, en un proceso que ya tiene su camino marcado: el BCE elevará la tasa de depósito (actualmente en el -0,4 %), comenzará la retirada paulatina de sus compras para finalmente acabar por subir, por fin, los tipos de interés.
Aunque la proporción de recomendaciones de compra es mínima (entre las 50 mayores entidades del continente solo 9 cuentan con un semáforo en verde), los analistas sí que ven buenas opciones para invertir, para aquellos que no quieran apostar por una continuidad en el rally bancario. El valor preferido de los expertos es KBC Group a pesar de que exige una prima del 60 % con respecto a su valor en libros. Mientras, para buscar una recuperación del sistema bancario italiano Intesa Sanpaolo se postula como la mejor opción. Finalmente, en Francia -donde la banca se ha quedado rezagada con respecto a Europa- Société Générale es la mejor posibilidad para apostar por un rally de alivio en una hipotética derrota de Le Pen.