Priceline, Netflix y Amazon son las tres compañías del S&P 500 que más se han revalorizado en la última década. La plataforma de reservas de viajes, la de contenido audiovisual bajo demanda y la de comercio online han multiplicado por 73, por 60 y por 49 veces el precio de sus acciones, respectivamente, desde 2006. Eso sí, entonces, este extraordinario crecimiento se pagaba caro. Antes de que estallara la crisis, las tres cotizaban a un PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) desorbitado. De hecho, se situaban entre los 10 valores más caros del principal índice estadounidense según el multiplicador de beneficios.
Las tres tecnológicas eran, en 2006, fieles a su condición: compañías de crecimiento de las que se esperaba un fuerte incremento de sus beneficios en los siguientes ejercicios, pero cuyos negocios todavía no habían explotado. Priceline (PCLN.NQ) cerró aquel curso con unas ganancias de 74 millones de dólares, Netflix solo alcanzó un beneficio neto de 49 millones de dólares y Amazon (AMZN.NQ) de 190 millones. El principal riesgo para quienes decidieron comprar sus acciones era, precisamente, creerse las estimaciones.
"En muchas ocasiones un PER elevado significa que el mercado tiene grandes expectativas de crecimiento en la facturación y en los beneficios de una compañía", puntualiza Hernán Sánchez, analista de CMC Markets, quien incide en que "la bolsa descuenta las expectativas antes de que estas se produzcan, por lo que tiene sentido que compañías que hace unos años cotizaban con estimaciones altas, hayan conseguido finalmente los objetivos propuestos y por tanto actualmente su cotización se haya multiplicado varias veces y, en algunos supuestos, el PER actual sea mucho menor".
En los tres casos más exitosos de los últimos 10 años, las previsiones acertaban o, incluso, se quedaron cortas. El operador de reservas online ganó el año pasado 2.550 millones de dólares, 35 veces más que 2006. El conocido proveedor de contenidos audiovisuales por suscripción elevó sus beneficios a 123 millones, 2,5 veces más, y la plataforma de Jeff Bezos hasta los 596 millones, 3 veces. De cara a los próximos ejercicios, el consenso de mercado espera que todas ellas sostengan un ritmo de crecimiento de doble dígito, pero es mayor en el caso de las dos últimas. Por eso, ahora hay diferencias entre las tres. En el caso de los títulos de Priceline, que cotizan actualmente a un PER de 21 veces, su perfil de crecimiento se ha matizado. Mientras que Netflix y Amazon aún no han normalizado su multiplicador de beneficios.
"Uno de los motivos por los que los valores considerados de crecimiento tienen mayor potencial es que no suelen repartir dividendo, por lo que no hay salida de dinero de la caja", reconoce Felipe López-Gálvez, de Self Bank. "Con el tiempo, hay empresas como Microsoft y como Apple (AAPL.NQ) que han comenzado a repartir dividendo, y otras como Amazon o Alphabet que prefieren reinvertir en el negocio, ya que siguen viendo oportunidades, antes que remunerar a los accionistas", continúa.
"También existen compañías llamadas a seguir creciendo pero que se han quedado por el camino, como es el caso de Twitter", advierte el experto de Self Bank. "Para entrar en compañías de este tipo hay que asumir un riesgo elevado y hay que tener una confianza alta en su negocio", reconoce Alejando Núñez, analista de XTB, quien cree que la crisis de 2008 tuvo mucho que ver con las rentabilidades ofrecidas por el sector de la tecnología en los últimos 10 años. "Los inversores que buscaban crecimiento miraron a una de las industrias más castigadas", explica. Para Felipe López-Gálvez, además, "los planes de la Reserva Federal desde 2008 han sido contundentes: inyectar dinero y bajar los tipos de referencia, favoreciendo en general a la renta variable y, en especial, a sectores ligados al consumo", y añade que, asimismo, hay que tener en cuenta que "la tecnología ha ido ocupando cada vez más peso dentro de nuestras vidas y de la economía".
También ve "un sesgo de la crisis" en las verticales revalorizaciones de las empresas más caras por PER en la década Pablo Martínez, responsable de relaciones con inversores de Amiral, firma que sigue la filosofía de la gestión valor de la que Warren Buffet, presidente de Berkshire Hathaway y uno de los inversores más famosos del mundo, es el máximo exponente. "El propio Buffet no cree en la distinción de valor y crecimiento que muchos inversores hacen, para él en un análisis de una compañía tienes que incorporar las tasas de crecimiento en tu valoración", comenta el experto.
"Si analizas compañía a compañía descubres que todas tienen algo más importante en común que un PER alto en 2006: una ventaja competitiva muy fuerte", continúa Pablo Martínez, quien destaca "la escala de Amazon, el producto de bajo coste de Priceline" e introduce otras dos empresas que comparten destino: como Apple, "que cuenta con el liderazgo de su marca" o MasterCard, que aprovecha "el efecto red". "Si un inversor es capaz de comprar estos negocios a un multiplicador de beneficios alto, a largo plazo lo hará mucho mejor que otro que compre negocios de peor calidad a PER más bajo".
"Amazon lleva año tras año realizando una fuerte inversión en i+d y en el último año estas inversiones están teniendo un efecto en el aumento de beneficio trimestre a trimestre", coincide Hernán Sánchez. "El mismo ejemplo podríamos aplicarlo a Netflix, Apple o cualquier empresa farmacéutica, ya que a pesar de las diferencias obvias con las empresas tecnológicas, comparten todas el uso intensivo de capital para el desarrollo de nuevos productos", concluye.