Cuando el viernes 24 de junio el resultado del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE agrió los cafés de todo el Viejo Continente y golpeó con dureza a los principales índices, las miradas asustadas buscaron respuestas en las compañías más expuestas al país. Dentro del mercado español, Telefónica, Ferrovial, IAG y, también, Iberdrola son las firmas más estrechamente ligadas con las islas británicas. La eléctrica pagó esta relación durante aquella fatídica sesión con un descenso del 10% en el parqué.
La presión bajista llevó a sus acciones a mínimos que no visitaban desde comienzos de 2015. Sin embargo, Iberdrola emprendió una lenta pero constante recuperación desde el mismo lunes 27 de junio, tras un resultado tranquilizador para su negocio en las elecciones españolas del 26J. Casi un mes después del Brexit, la compañía prácticamente recupera el terreno perdido en el parqué y recoge el respaldo de los analistas, atraídos por "su carácter defensivo" por su negocio regulado, su diversificación geográfica y por su apuesta por las renovables -según recuerdan desde Norbolsa-; por la rentabilidad del 5% que ofrece su dividendo; y por el crecimiento que se estima que protagonizaran sus ganancias en los próximos, pese a las adversidades.