El aplazamiento de las subidas de tipos por parte de la Reserva Federal amenaza con condenar a los bonos estadounidenses a mantener bajas sus rentabilidades y al dólar a seguir mostrando debilidad, de lo que sale reforzado el oro como refugio y como una opción para ponerse corto contra el billete verde.
El último dato de desempleo publicado en Estados Unidos no cumplió con las expectativas y consolidó la postura de los que creen que la presidenta de la Fed, Yanet Yellen, no tocará los tipos de interés en los próximos meses ante la evidencia de que "ha habido una pérdida de impulso en la economía norteamericana", según condensa BofAML.
El mismo día que se conoció la salud del mercado laboral de la primera economía del mundo -el viernes 6 de mayo-, el oro rompió con una racha de cuatro sesiones consecutivas de descensos y el dólar se depreció frente a sus principales cruces.
"Abrir una posición larga en el oro es esencialmente abrir una posición corta en el dólar", resume Citi. Esta relación propicia que Yanet Yellen cobre mucha relevancia para el metal dorado, teniendo en cuenta que el dólar se ve presionado por "el aplazamiento de nuevas subidas del precio del dinero por parte de la Reserva Federal", según explica Banca March.
En lo que va de 2016, el oro se revaloriza cerca de un 20%. "La demanda es lo más importante en este activo y hemos visto mucha en los últimos meses", admite Roland Morris, estratega de materias primas de VanEck, quien considera que, en este momento y pese al rally desde principios de año, puede ser "el activo más atractivo dentro del mercado de materias primas".
"En Estados Unidos puede haber tipos bajos por mucho tiempo mientras el resto de bancos centrales van a seguir peleando por generar crecimiento, lo que construye un escenario muy positivo para el oro", continúa el analista de VanEck, quien concluye que, a medio plazo, "1.400 dólares por onza es un objetivo realista".
Pero en la demanda de oro no solo influye la debilidad del dólar. Su condición de activo refugio se hizo patente en los momentos en los que la presión vendedora se adueñó de las bolsas de todo el mundo durante las primeras semanas de 2016. Una naturaleza que acrecientan las bajas rentabilidades que ofrece la renta fija, su principal competidor como cobijo de los inversores.
Firmas de inversión como UBS, RBC o Citi también confían en que el oro todavía tiene recorrido alcista, aunque son menos optimistas que Roland Morris, de VanEck. Citi animó a principios de mayo recoger beneficios en su estrategia abierta sobre el oro, pero aconsejó no cerrarla por "las recaídas del dólar". "Creemos que la Fed tiene razones para no mover el precio del dinero, lo que mantendrá el billete verde débil por un tiempo más largo", comentan desde el banco de inversión norteamericano.
Para UBS, con el oro cerca de los 1.300 dólares,"puede valer la pena posicionarse en el metal, pero con prudencia". El nivel al que alude la firma suiza es el mismo que RBC sitúa como objetivo del oro para el final de 2016.
Por el contrario, la perspectiva de Goldman Sachs se encuentra entre las más pesimistas: "El alza inicial del oro fue impulsada por las preocupaciones sobre el crecimiento global y por la volatilidad en las bolsas, pero los activos de riesgo han rebotado considerablemente y el metal dorado ofrece un rendimiento inferior".
Sin duda, en contra del oro cotizan una menor preocupación por la desaceleración de China y por el crecimiento mundial. "Esperamos que, en este contexto, los mejores datos macroeconómicos en Estados Unidos y la necesidad de aliviar las condiciones financieras, hagan que la Fed retome las subidas de tipos, el dólar se muestre más fuerte y el oro caiga hasta los 1.200 dólares en los próximos tres meses", finaliza el banco de inversión.