El fortalecimiento del yuan por parte de China ha sido el último gesto que refleja la coordinación de los bancos centrales de las principales economías del mundo para controlar la volatilidad de sus divisas.
El Banco Popular de China incrementó el tipo de referencia del yuan un 0,6% hasta los 6,4589 yuanes por dólar, la mayor subida desde el 2005, en lo que podría parecer un cambio de dirección en su gestión del tipo de cambio, pero realmente responde a un intento de coordinar las acciones de los bancos centrales más influyentes a nivel mundial, según explica Bloomberg.
El objetivo es reducir la volatilidad que ha primado en el mercado de divisas desde principios de año ante las dudas sobre cuándo subirá la Fed tipos, las devaluaciones del yuan o los tipos de interés negativos aplicados en Japón.
Esta semana, el dólar se ha depreciado un 0,3% frente al yuan. Mientras, el euro ha caído un 1,8% frente al billete verde, hasta el entorno de los 1,143 euros por cada dólar, y se ha apreciado un 1,3% frente a la divisa china.
El otro protagonista de los últimos días ha sido el yen japonés, que cierra la semana en negativo frente a todos los principales cruces que monitoriza Bloomberg -los diez cruces más líquidos-.
Eso a pesar de las alzas que protagonizó el jueves la moneda japonesa después de que el Banco de Japón mantuviera intacta su política expansiva en su último encuentro. Además, la entidad ha retrasado su objetivo de inflación del 2%, por lo menos, hasta entrado 2017 o incluso principios de 2018.
Los expertos estiman que antes o después la entidad volverá a incrementar los estímulos. Sobre todo después de que la pasada semana el gobernador del banco, Haruhiko Kuroda, indicase que existen preocupaciones entre los funcionarios de la entidad con motivo de que las alzas de la moneda podrían afectar negativamente a la economía del país.