Visa pasó como una más entre las compañías que presentaron sus novedades en el Mobile World Congress 2016. Si no desentonó en la cima de la innovación es porque, según admite Fidelity International, "podría decirse que el operador de medios de pago ahora se parece más a una empresa tecnológica que a una financiera". Para un banco hubiera sido mucho más difícil no sonar desafinado en una reunión como la que la que se celebró en Barcelona.
La transformación de Visa (V.NY) la siguen en paralelo sus principales competidores, sobre todo MasterCard (MA.NY), y está siendo impulsada por firmas dedicadas a los sistemas de pagos en Internet y nacidas ya en la era digital, como PayPal (PYPL.NQ); por los gigantes que piden paso en el negocio: Apple, Google o Samsung; y por las pequeñas starups financieras conocidas como fintech.
"Visa está haciendo énfasis en las nuevas tecnologías de pago y el desarrollo de herramientas de análisis para los vendedores", continúa Fidelity International en un informe reciente, en línea con lo que destaca el servicio de análisis de Bloomberg: "Los operadores de tarjetas serán capaces de mantener en el futuro los volúmenes de pagos que concentran actualmente gracias a la adaptación de sus servicios a los pagos online, consiguiendo que hasta PayPal dependa de ellos". Visa alcanza el 42% del volumen de pagos con tarjeta en el mundo, frente al 32% de China UnionPay -líder en el gigante asiático- y el 19% de MasterCard.
"La creciente proliferación de los pagos a través de Internet y, sobre todo, del teléfono móvil está cambiando la fisonomía de la industria del sector en todo el mundo", introducen PwC y el IE Business School en el estudio Los medios pago, un paisaje en movimiento, en el que explican que "el actual statu quo, en el cual los bancos tienen una posición dominante, está amenazado por la aparición de nuevos y potentes competidores que están llamando a la puerta, o la han derribado ya".
Esta tendencia se sostiene sobre la insatisfacción surgida entre los consumidores tras el estallido de la crisis financiera mundial. Según una encuesta -recogida por Fidelity International- a jóvenes estadounidenses entre 18 y 35 años, "el 71% señaló que preferían ir al dentista antes que escuchar a su banco", mientras que cuatro bancos estadounidenses aparecen entre las 10 marcas menos valoradas. "La reciente crisis vivida por el sector financiero a nivel mundial ha facilitado el caldo de cultivo para que las grandes compañías tecnológicas de Internet y las nuevas fintech (financieras y tecnológicas) puedan convertirse en competidores directos de la banca, creando nuevas reglas de juego", comparte el departamento de investigación del IEB en otro informe.
La batalla es nueva y en ella, "las fronteras de los negocios son difusas", recalcan PwC y el IE Business School. "Estamos en el principio de la 'era de la banca digital', una época marcada por la democratización de la tecnología y el cambio de comportamiento de los consumidores, la cual requiere de una profunda transformación interna de los bancos tradicionales para adaptarse al nuevo panorama competitivo que se está redefiniendo", contemplan desde el IEB.
La mejor adaptación de las operadoras de medios de pagos al universo digital y su menor relación con la crisis favorece que el crecimiento que se espera para sus ganancias en los próximos años sea mayor respecto al sector bancario. Mientras el consenso de mercado estima que Visa hará crecer su beneficio neto un 21% entre 2015 y 2017, MasterCard un 16% y PayPal un 41%; los 10 bancos más grandes del mundo, entre los que se encuentran los todopoderosos Citigroup, JP Morgan o HSBC, lo harán, de media, un 5%.
El consenso de firmas de inversión reconoce la ventaja de los empresas de sistemas de pago dentro del conjunto de las entidades financieras no solo con las estimaciones sobre sus ganancias, también con las sólidas recomendaciones de compra que recaen tanto sobre Visa -el 80% de los analistas que siguen su cotización aconseja adquirir sus acciones-, sobre MasterCard -78%- y sobre PayPal -61%-.
Los ingresos de Visa o MasterCard "están vinculados a la emisión de tarjetas y al procesamiento de las transacciones de pago", recoge el estudio Los medios pago, un paisaje en movimiento, en el que se remarca que "las propias compañías son las encargadas de establecer y hacer cumplir un código de funcionamiento del mercado de las tarjetas, lo cual les otorga mucha influencia sobre el sistema global".
Esta influencia no evita que, según continúa el informe, Visa o MasterCard sean "vulnerables a las innovaciones basadas en canales alternativos, que atacan directamente su fuente de ingresos", pero, de momento, "la mayor parte de los nuevos medios de pago siguen apoyándose en el uso de las tarjetas, que sirven de cobertura para transacciones de comercio electrónico y operaciones con dispositivos móviles".
La seguridad que garantizan Visa, MasterCard y otras compañías como American Express, que han desarrollado un marco normativo global, también es clave en su mejor adaptación a la nueva idiosincrasia de los pagos en el mundo.
PayPal se presenta como el más antiguo entre los nuevos medios y se ha convertido en un referente de la industria. "Gran parte de su éxito radica en su sencillez de uso", consideran PwC y el IE Business School, ya que "para pagar una compra basta con un correo electrónico y una contraseña". Todo es muy fácil y aparentemente seguro gracias a un avanzado sistema de encriptación automática, lo que propicia que "uno de cada seis dólares gastados en Internet se paga con PayPal", según recoge el estudio del IEB. Eso sí, pese a ser una nativa digital su modelo de negocio, al igual que los bancos tradicionales en este tipo de actividades, "se basa en el cobro de comisiones por las operaciones que realiza".
Las últimas en llegar al negocio pero con grandes expectativas son los principales gigantes tecnológicos: Apple, Goolge o Samsung, con sus respectivas aplicaciones para pagar desde los teléfonos móviles (Apple Pay, Android Pay y Samsung Pay), y también Facebook y Amazon. A favor de estos actores juegan datos como que los consumidores creen que sus smartphones sustituirán a las carteras a medio plazo, según las conclusiones de una encuenta de PwC, o que el prestigio precede a compañías como Apple o Goolge, lo que debería eliminar la barrera de la desconfianza.