A falta de los últimos coletazos, el tercer trimestre del ejercicio está dejando en EEUU un sabor agridulce en los paladares de inversores y analistas.
De un lado, se encuentran los malos resultados empresariales registrados en relación a los obtenidos en el mismo periodo de 2014, que, tal y como se esperaba, reflejan un retroceso del 4 por ciento.