El BCE parece que esta vez se lo toma en serio y prepara un paquete de medidas sin precedentes para la entidad, lo que animó hoy al Ibex, que fue uno de los pocos índices en positivo.
Euro e inflación son más que una preocupación de cabeza para los líderes del Banco Central Europeo (BCE). Más bien se han convertido en un dolor de cabeza, y también para el Bundesbank. Si ayer Wall Street Journal publicaba la decisión de la entidad alemana de permitir una actuación más contundente del BCE (siempre que no pase por un programa de compra de bonos), hoy ha sido Reuters quien ha vuelto a enloquecer al mercado al publicar el supuesto plan que ya tendría perfilado la institución europea.
Ayudas a las pymes, rebaja de los tipos de interés y facilidad de depósito en tasas negativas son los pilares en los que se apoya el BCE en su estrategia para reanimar la inflación y frenar la apreciación del euro. Las noticias han sentado especialmente bien en España, donde las empresas de menor tamaño sufren una sequía de crédito que dura ya muchos años.
En este contexto, el Ibex se destacó del resto de selectivos occidentales con ganancias del 0,25% y se consolida como uno de los índices más fuertes del año. Las malas noticias, por el contrario, llegan desde Wall Street, donde el Nasdaq volvió a sufrir una sesión de ventas y se aleja de la ansiada ruptura de resistencias que dejaría a los alcistas como ganadores de esta batalla.
Las pérdidas en Europa no llevaron la sangre al río en Alemania. "Lo más destacable ha sido ver como el DAX 30 se ha mantenido por encima del soporte de los 9.700 puntos con lo que sigue abierto el hueco alcista abierto a comienzos de semana", explica Joan Cabrero, analista de Ágora A.F.
Mientras tanto, el mercado se volvió a guiar por la moda de los bonos, en especial de los países periféricos. España, Italia, Irlanda, Francia, Alemania, Reino Unido, Suiza, Holanda, EEUU, Canadá, México, Brasil, Colombia, son sólo unos pocos ejemplos de todos los títulos a 10 años que cerraron la sesión con una rentabilidad en mínimos anuales en el mercado secundario.
Las novedades que se conocieron del BCE no afectaron en esta ocasión al euro, que se tomó hoy una jornada de respiro después de cinco sesiones consecutivas de caídas, lo que permitió a la divisa comunitaria consolidar posiciones por encima de 1,37 dólares.