Aeropuertos sin aviones, autovías sin vehículos y obras sin terminar. Este es el panorama que la crisis del coronavirus ha dejado en las diferentes infraestructuras de todo el mundo. Sin embargo, no es tan desoladora la fotografía dentro de las compañías del sector, que tienen en los bajísimos costes de financiación su balón de oxígeno y en la recuperación económica su clavo (ardiendo) al que agarrarse.
Desde que comenzó el pánico bursátil, el sectorial europeo de la construcción, que engloba, eso sí, desde las que fabrican los materiales hasta las que explotan el activo, ha perdido casi un 28% de su valor mientras que el índice de referencia en el Viejo Continente, el Stoxx 600, ha cedido cerca de un 23% en el mismo periodo.