Paralelamente a la vorágine formada por la crisis del coronavirus, ha habido una segunda crisis que en cualquier otro momento de la historia hubiera copado la atención de todos en una forma mucho más aguda de lo que lo está haciendo ahora. Es el caso del desplome del petróleo, que ya cotiza en mínimos no vistos desde 2002 en la zona de los 25 dólares por barril de Brent.
El coronavirus provocó un desplome de la demanda de crudo, que ya era débil en los últimos meses en comparación a la oferta mundial. La OPEP se reunió el mes pasado para volver a ajustar este desequilibrio del mercado, sin embargo, fueron incapaces de llegar a un acuerdo con Rusia, socio del cartel, iniciándose así una guerra de precios que ha tirado por tierra el petróleo en un momento en el que una crisis mundial ha bloqueado la demanda de esta materia.