Los inversores han pulsado el botón de pánico. Parece muy poco probable que los mercados hayan descontado ya la totalidad de las consecuencias económicas con las últimas y verticales caídas, básicamente porque la incertidumbre de algo tan inesperado y desconocido es máxima.
Hacer una previsión de la duración de la pandemia del Covid-19 se antoja imposible, al menos para mí. No creo ni de lejos que se trate de un simple parón de 15 días y posteriormente vuelta a la normalidad, y me temo que los mercados tampoco. Estamos desde luego, ante una situación excepcional, por lo que operativamente toda prudencia para salvaguardar el capital es poca. Esta crisis a buen seguro se convertirá en oportunidad para aquellos inversores que hayan logrado salvarla, pero también serán muchos los expulsados del mercado por dilapidar en gran medida su capital. Ser inversor es una carrera de fondo y lo importante es estar siempre en disposición de participar para poder ganar.
Las medidas extraordinarias tomadas por los bancos centrales (ya casi podríamos decir que son convencionales en los últimos años) en este caso no sirven para contener la virulencia de la presión bajista. Estamos no solo ante un shock de oferta, al mismo tiempo ante un shock de demanda, y las medidas de estímulo parecen disolverse como azucarillos. Las medidas de estímulo fiscal y monetaria pueden paliar o aliviar los efectos sobre la demanda, pero difícilmente pueden contrarrestar el shock de oferta.
El cisne negro que muchos de los "siempre bajistas" esperaban ya ha hecho acto de presencia, y en virtud de la estructura de la curva de cotizaciones de toda la última subida originada en 2009 este movimiento bajista nos traslada a los años 1937 y 1987. ¡Se dice pronto! En reiteradas ocasiones tras la corrección de 2018 he planteado un objetivo de subida para el Dow Jones sobre los 31.000 puntos en lo que sería la última onda del actual ciclo. Se ha quedado a escasamente un 5%, y tras perder los mínimos de junio, los 24.680 puntos ya podemos plantear que la tendencia originada en 2009 ha concluido.
Estamos ante un techo mayor de mercado. Este fortísimo ciclo alcista de la última década ha terminado de una forma cruel, de la peor manera, perdiendo soporte tras soporte y no dando lugar a aprovechar rebotes para salir, que es lo que va alimentando la sangría que estamos viendo, pero amigos, esto es la bolsa...
La corrección originada desde los 29.568 puntos ha cedido hasta los recientes mínimos más del 28%, una corrección ya holgadamente mayor a las más destacables de los últimos años y en concreto a la desarrollada en la última parte de 2018, lo que desde luego ya no encaja con un escenario de fortaleza. Levantar tamaña corrección se antoja prácticamente imposible a medio plazo, salvo que apareciera una vacuna en próximas sesiones que insuflara una dosis de optimismo al mercado similar a las dosis de pánico que estamos viviendo.
Operativamente no contemplaría esta posibilidad y eventuales rebotes los aprovecharía para deshacer posiciones y atesorar liquidez. Cuando esta fase bajista haga suelo vamos a estar ante una de esas oportunidades de compra histórica que pocas veces más vamos a poder ver en nuestra vida como inversores, sobre todo para aquellos que traten de exprimir las tendencias a plazos largos, por lo que debemos estar preparados. A buen seguro que esta crisis, como todas las anteriores, será superada. No me cabe duda.
Un escenario que manejo a plazos largos, es que hemos asistido a una gran onda A similar estructuralmente a las vistas entre los años 1932-1937 y finales de 1974-1987. En ambos casos, cuando concluyeron, se produjeron fuertes y verticales caídas.
Desde los 40 a los 195 puntos entre 1932 y 1937 el Dow Jones subió un 381%.
Desde los 570 a los 2.746 puntos entre 1974 y 1987 el Dow Jones subió un 381%.
Desde los 6.469 a los 29.568 puntos entre 2009 y 2020 el Dow Jones ha subido un 357%. Se decía que estábamos ante el ciclo más alcista de la historia. Ya pueden ver que no ha sido algo excepcional.
En 1937-1938 caídas del 50% hasta alcanzar la zona de retroceso de Fibonacci del 61,8% de todo el movimiento alcista previo originado en 1932. En 1942 volvió a testear los mínimos de 1938, cediéndolos eventualmente, y luego logró retomar la senda alcista.
En 1987 caídas del 41% en apenas dos meses hasta alcanzar la zona de retroceso de Fibonacci del 50% de todo el movimiento alcista previo originado en 1974.
En la actualidad, hasta ahora ya ha corregido un 28% de máximo a mínimo y prácticamente un retroceso de Fibonacci del 38,2% de todo el movimiento alcista previo originado en 2009. Aún se antoja insuficiente corrección. Caídas del orden del 39% al 48% nos llevarían a los niveles de retroceso 50% o 61,8% de la serie de Fibonacci respectivamente, por lo que operativamente recomendaría paciencia a la hora de buscar tomar posiciones con pretensión de permanencia. Veremos.
Una vez que se forme una estructura de giro alcista suficientemente fiable considero que estaremos ante una oportunidad de compra inmejorable que podría dar lugar a otro gran tramo alcista, otra gran onda C subdividida en 5 ondas que podría llevarnos más allá del año 2040. No sería algo que no haya ya sucedido y no sería algo extraordinario...
Veamos está crisis como una gran oportunidad, y la liquidez como un gran tesoro para disparar cuando llegue el momento. Mucha suerte a todos, y sobre todo salud.