Este año se está dando una paradoja poco habitual en el mercado. La incertidumbre ha ido in crescendo con la apertura de diferentes frentes de inestabilidad a causa de las injerencias comerciales de Trump con China, con México e incluso con la Unión Europea, a la que ha llegado a amenazar con aranceles en diferentes ocasiones.
A esto, se han sumado los indicadores que apuntan que estamos ante una desaceleración del crecimiento económico y que podríamos estar cada vez más cerca de afrontar la temina recesión. Además de los datos del PIB de las principales potencias, que se han contraído en los últimos meses, otros indicadores como los PMIs también apuntan hacia este escenario, lo que ha obligado a los grandes bancos centrales a aumentar la cautela respecto a sus políticas monetarios, recuperando el discurso de nuevos recortes de tipos de interés, tanto en la eurozona, donde ya están en negativo, como en Estados Unidos.