Son varios los factores que están nublando el que hasta hace poco era uno de los soles que más brillaban en el parqué español, Meliá. El temor a que se acentúe la desaceleración económica, el haber tocado techo en la llegada de turistas a España y la intención de Donald Trump de aplicar la ley Helms Burton están impidiendo que aflore lo positivo de sus fundamentales.
Todo esto hizo caer la acción de la compañía a mínimos de noviembre de 2014 por debajo de los 8 euros a finales de diciembre. Este año rebota ligeramente en torno a un 2%, con lo que sigue sin disipar las dudas entre los inversores.