El año que se despide este lunes ha dejado nuevas lecciones para los inversores, que han debido aprender, por ejemplo, que la banca española no remontará hasta que el BCE decida dar un paso adelante. Las grandes entidades del mercado asumen pérdidas del 34% para BBVA, un 28% cede Banco Santander y otro 20%, CaixaBank.
La opción alternativa es la que han tomado entidades como Unicaja y Liberbank, que negocian su fusión. Su objetivo es ser más rentables antes de lo que conseguirían si tuvieran que esperar a que el BCE suba el precio del dinero. Improbable hasta 2020 como pronto. La gran sorpresa entre las blue chips ha sido Iberdrola. Es el cuarto valor del Ibex más alcista -de los pocos que se salvan de las caídas- en 2018, con un avance del 7,8% gracias a que los inversores se han visto obligados a buscar refugio en el sector eléctrico ante las curvas del mercado. Una de las consecuencias de la incertidumbre que anticipa una ralentización en 2019 es que ha dejado a los inversores en el dique seco. Una decena de salidas a bolsa previstas este año al mercdo bursátil español, sobre todo del renovado sector inmobiliario, o se han cancelado, como en el caso de Azora o Haya Real Estate, o se han transformado bastante para pedir menos capital al mercado. Este es el caso de Testa Residencial, hoy propiedad de Blackstone, que optó por salir al MAB (Mercado Alternativo Bursátil) este verano en una OPV que se esperaba que alcanzara los 1.800 millones de euros. El ocaso de Dia, todavía sin resolver, dejaba, por otro lado, un asiento vacante en el Ibex 35, que ocupa Ence desde el lunes. Antes, en junio, llegó otra industrial, Cie Automotive, como primera automovilística del selectivo.
El año que dejamos atrás pasará a la historia por ser el primero en el que Inditex reconoció abiertamente que su crecimiento ha tocado techo y ha entrado en una fase madura del negocio. Este fue el mensaje que hizo llegar a los analistas en febrero, mes en el que comenzó su caída en bolsa, hasta cerrar -a falta de la media sesión del lunes- con pérdidas del 23%. Este mensaje, traducido, implica que sus ventas seguirán creciendo, aunque no por encima del 10%, y que su margen ebit (beneficio antes de intereses e impuestos) caerá por primera vez por debajo del 17%.