El año 2018 ha sido uno de los ejercicios más complicados en el mercado de renta variable del último lustro. Y eso es algo que no pasa desapercibido para las compañías que han querido salir a debutar en el parqué. De hecho, si bien es cierto que este año ha crecido –aunque pírricamente– el volumen captado con las salidas a bolsa por segundo ejercicio consecutivo, también lo es que el numero de operaciones ha decrecido de manera sustancial.
"Las tensiones comerciales e incertidumbres geopolíticas –que ya en el primer semestre detectamos estaban empeorando la actividad– han provocado el regreso definitivo de la volatilidad a los mercados, lo que ha afectado a las salidas a Bolsa en 2018, provocando que los inversores en la mayoría de los casos opten por posponer o cancelar operaciones relevantes", asegura Enrique Carretero, socio responsable del área de mercados de capitales en Baker McKenzie.