Mediaba el año 2017 cuando la industria eólica asumió lo irremediable: que había cambiado para siempre. La transición desde sistemas subvencionados de adjudicación de contratos hacia otros de subastas competitivas en mercados emergentes que se encontraban en plena expansión acabó por poner en cuestión las expectativas y los objetivos de beneficios del sector de los fabricantes de aerogeneradores cuando colapsó India, la principal plaza de Gamesa, que en paralelo había cerrado la fusión con la división eólica de Siemens con la ambición de liderar la industria -ver gráfico-.
"En el país asiático, la introducción de las subastas en febrero de 2017 conduce a una paralización del mercado, tras suspenderse temporalmente los proyectos pendientes de ejecución adjudicados bajo el anterior régimen, y hay que esperar hasta finales de 2017 para que se produzca una reactivación de la demanda, con la puesta en marcha de dichos proyectos y con la normalización del nuevo sistema de subastas", reconoce hoy la compañía hispanogermana, a la que el mercado todavía no le ha perdonando que no alertara con contundencia de la conmoción a la que estaba abocado su negocio y el sector en conjunto, para el que, según calcula el servicio de análisis de Bloomberg, "los precios se han reducido un 50% en la última década a escala global" debido a que "hasta 65 países han optado ya por el modelo de subastas competitivas para adjudicar los contratos".