Cuando se habla de Pandora es inevitable mencionar sus charms, las figuras en miniatura que se enganchan a las pulseras y por las que la firma de joyería se ha distinguido: sólo el año pasado, un 56% de los ingresos de la compañía procedieron de estas piezas de oro y plata.
Pandora es el valor del Eco30, el índice de bolsa mundial elaborado por elEconomista y calculado por Stoxx, cuyas acciones más se encarecen en lo que llevamos de octubre, alrededor de un 7% -aunque en el conjunto de 2018, los títulos de la firma de accesorios retroceden cerca de un 40% en el parqué-. Si el año acabase ahora, sería su peor ejercicio desde 2011, año en que salió a bolsa y en el que perdió un 83%.
El reciente rebote de las acciones de Pandora -con subidas del 7 y el 9% en los días 11 y 12 de octubre- llegó tras la publicación de un artículo en el medio danés Inside Business en el que se informaba de que la empresa habría contratado a Rothschild para asesorarle sobre las posibles ofertas de compra que podría haber recibido. "Fondos globales como KKR y Bain Capital se han mencionado anteriormente entre quienes podrían ver potencial para adquirir Pandora a bajo precio", señala el diario.
Durante la mayor parte del último lustro, las acciones de Pandora han recibido una recomendación de comprar, pero desde mayo el consejo se ha ido deteriorando hasta pasar a mantener.
Las ganancias tampoco parecen muy boyantes. El 6 de noviembre, Pandora presentará sus resultados del tercer trimestre del año y las estimaciones apuntan a un beneficio neto de 148 millones de euros, casi un 20% menos que en el mismo periodo del año anterior. No obstante, es cierto que el trimestre fuerte para las ventas de la firma escandinava es el cuarto, coincidiendo con las celebraciones de Navidad y fin de año.
"Un cambio en la dirección y el consejo de Pandora está en camino", destaca la analista Deborah Aitken, de Bloomberg Intelligence. "La recuperación depende de la resurrección de su negocio de charms, la división más alineada con la identidad de la marca", subraya la analista.
Según las previsiones de ganancias de 2018, de 682 millones de euros, los beneficios de Pandora se compran con un multiplicador de 8,8 veces, lo que les convierte en los más baratos del sector de los accesorios de moda, del que también forman parte Swatch, Hermés o Luxottica.
Pandora advirtió en agosto que iba a reducir su previsión de ingresos y del margen de beneficio para 2018 por la desaceleración de las ventas en Estados Unidos, que supone un 23% de su facturación y unos precios más bajos en China. En febrero, la compañía lanzó un programa de recompra de acciones a precios de ganga que se extenderá hasta marzo de 2019 y en el que invertirá hasta 4.000 millones de coronas (unos 530 millones de euros) para atraer a los inversores.
La compañía escandinava "necesita relajarse, realinearse e innovar para recuperar la dirección y la fuerza de la marca", insiste Deborah Aitken. Pero parece que Pandora tiene un plan para volver al camino recto y dejar atrás un año horrible en bolsa. "Demasiadas tiendas en lugares equivocados están siendo mayoritariamente reubicadas [en sitios más apropiados], se están planeado nuevas tiendas, la dependencia de la venta al por mayor se ha reducido y la propiedad de la cadena de suministro va según lo planeado", prosigue la analista de Bloomberg.
Hasta que la compañía se decida por un nuevo consejero delegado, los ejecutivos Jeremy Schwartz y Anders Boyer, recién incorporados, estarán al cargo de la dirección.