Italia, con permiso de Reino Unido, se está erigiendo como el mayor quebradero de cabeza para la estabilidad económica del Viejo Continente en 2018. El pacto alcanzado por el Ejecutivo transalpino para elevar el objetivo de déficit de sus próximos presupuestos hasta el 2,4 por ciento del PIB –frente al 2 por ciento que esperaba Bruselas– hizotambalearse a los mercados europeos en la última jornada de la semana.
Las distintas plazas del continente se tiñeron de rojo –ver información superior– y el miedo inversor volvió a salir a flote. En concreto, este miedo se dejó ver en el mercado de deuda, donde los inversores volvieron a buscar refugio en el papel más seguro de Europa, el alemán. Concretamente, la rentabilidad exigida a los bonos soberanos a una década cayó del 0,53 por ciento del jueves hasta el 0,47 por ciento que marcaba al cierre del viernes. El retorno del capital inversor borró las pérdidas que había dejado la deuda alemana a lo largo de una semana en la que se llegó a rozar el 0,55 por ciento de rendimiento al final de la sesión del martes.