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Las gestoras europeas sufren en bolsa el poco atractivo del mercado

7:20 - 21/08/2018
  • Las 20 mayores caen 10 puntos porcentuales más que el Stoxx 600
  • El volumen de negociación del Stoxx 600 en el semestre ha caído un 12%
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El año bursátil comenzó con alegría en los principales mercados del mundo, al menos, hasta la primera semana de febrero. A partir de ahí, una corrección iniciada por los valores tecnológicos estadounidenses, el inicio de una guerra comercial entre las dos principales potencias del mundo, una coalición de gobierno antieuropea en Italia y ahora la crisis turca, han llevado a la bolsa europea a uno de sus ejercicios más difíciles de los últimos años. Pese a que el Stoxx 600 sólo se deja 2 puntos porcentuales desde el primero de enero, de cerrar así el año sería el peor desde 2011.

Todas estas fuentes de incertidumbre, a las que hay que sumar las dudas del Banco Central Europeo en torno a la planificación del fin del QE, han restado atractivo al mercado de renta variable en el Viejo Continente.

En este sentido, las cifras son claras. Además de las pérdidas que están cosechando los principales índices europeos (salvo el Cac francés que se salva con ligeras ganancias), el volumen de negociación del Stoxx 600 en los primeros seis meses del año ha caído en más de un 12% con respecto al ejercicio anterior, el cual ya fue el peor desde el año 2000 tras caer este casi un 25% con respecto a 2016.

Si bien es cierto que esta circunstancia "también se explica en parte por el flujo de inversores que operan en los mercados alternativos", como apuntaba Manuel Martín-Muñío, director general de Norbolsa, en una entrevista concedida a elEconomista en mayo.

Una de las consecuencias de este turbio escenario en el que se encuentra la bolsa continental es que las gestoras de fondos (las que cotizan) están siendo fuertemente penalizadas en sus respectivos parqués. En concreto, las 20 mayores firmas de Europa caen, de media, 10 puntos porcentuales más que el índice de referencia Stoxx.

En este contexto, según los datos de Morningstar, han salido casi 3 millones de euros en activos desde el inicio de 2018 en el conjunto de las 10 mayores gestoras europeas ante la dificultad de encontrar rentabilidad este año.

DWS ya avisó de este escenario

DWS, la gestora de Deutsche Bank que empezó a cotizar en marzo, ya reconoció el mes pasado en su presentación de resultados que tendrán problemas para alcanzar los objetivos en cuanto a flujos de fondos que se habían marcado para 2018, sobre todo teniendo en cuenta que cerró el segundo trimestre del año con salidas de dinero por valor de casi 5.000 millones de euros.

"Teniendo en cuenta factores como la volatilidad del mercado, el sentimiento de los inversores y las dinámicas sobre la reforma fiscal de EEUU, no creemos que sea posible compensar los reembolsos del primer semestre por lo que no es probable que consigamos el objetivo de suscripciones que nos habíamos marcado para 2018", afirmó la gestora.

Otra de las entidades que más están sufriendo este año es Standard Life Aberdeen, compañía que se encuentra en la cartera de elMonitor, la herramienta de ideas internacionales de Ecotrader. La gestora británica cae en torno a un 27% en el año y ha perdido más de 7.200 millones de euros de activos bajo gestión en 2018. Esto se ha trasladado a las previsiones de beneficio de los expertos, que han recortado su estimación de beneficio para el ejercicio en un 32% hasta los 623 millones de libras.

Por su parte, Amundi, también integrante de elMonitor, ha cedido 15 puntos porcentuales en 2018 pese a que se mantiene líder del sector en el Viejo Continente y ha habido entrada de dinero este año, en concreto, 4,6 millones de euros en los primeros seis meses. Desde JP Morgan destacan "la fortaleza que mostró en sus últimos resultados, con un incremento del beneficio sostenido por la entrada de dinero en activos con mayores márgenes como renta variable y multi-activos".

"Como cualquier gestora, el principal riesgo es que las compañías no cumplan las estimaciones del mercado con sus resultados, lo que afecta a los flujos de capital tanto presentes como futuros con consecuencias en los ingresos del grupo", explican desde el banco neoyorquino.