El nuevo Gobierno italiano trata de sembrar calma en los mercados. Ayer el ministro de Finanzas, Giovanni Tria, dio garantías de que el país mantendrá el compromiso con la moneda común.
El mensaje tranquilizador lanzado por el nuevo Ejecutivo transalpino sobre su permanencia en el la UE y sobre sus intenciones de contención de la deuda, ha sido un respiro para la deuda pública del país, en la que se han concentrado las compras a lo largo de la sesión.
De hecho, el bono a dos años, el que más afectado se vio por la reciente agitación política, lidera las compras con rendimientos tocando el nivel más bajo desde el pasado miércoles.
Todo ello no ha pasado desapercibido para el sector bancario, que se sitúa a la cabeza de las alzas en el Viejo Continente. Y dentro de este ámbito son las entidades italianas las que acaparan más ganancias.
En este sentido, es Intesa Sanpaolo la firma que mejor está sabiendo capitalizar las ganancias al haber llegado a repuntar más de un 4% a lo largo de la sesión.
Su recomendación de compra es la más clara de un sector que se ha quedado rezagado en 2018. No en vano, el bancario es uno de los pocos sectores cíclicos que no cotiza en positivo en el conjunto de 2018.
En este sentido, la media de firmas de inversión, le otorga un potencial alcista cercano al 30% de cara a los siguientes doces meses. Una cifra nada desdeñable que, sin embargo, no es su principal atractivo para el inversor.
Y es que, la remuneración al accionista que ofrece es el gran atractivo de una firma que ofrece un rendimiento superior al 8% a los inversores que decidan tomar posiciones en ella a los precios actuales. Sobre todo a sabiendas de la incertidumbre política en el país y de la desaceleración de la llegada de las subidas de tipos en Europa
Según recoge el Plan Estratégico 2018-2021, la entidad italiana se compromete a mantener un 'pay out' (parte del beneficio dedicada al pago de dividendos) del 85% en 2018, un 80% para 2019, un 75% en 2020 y un 70% en 2021. Este ejercicio los expertos esperan que el banco obtenga unas ganancias de casi 4.000 millones de euros, por lo que tendrá que dedicar a la retribución al accionista más de 3.000 millones de euros.